Els mapes del territori de Catalunya durant dos-cents anys, 1600-1800

teriores. Citaremos sólo las que corresponden a ediciones incunables:
– Vicenza, 1475 (no contiene mapas).
– Bolonia, 1477.
– Roma, 1478.
– Florencia, 1482 (la que es objeto de este comentario).
– Ulm, 1482.
– Roma, 1490.
Pero en los mapas correspondientes de la península Ibérica
de estas otras ediciones no consta la referencia concreta del topónimo
referido al Principado de Cataluña.
Cataluña dentro de los mapas parciales de la península Ibérica
La presencia del territorio catalán compartido con los territorios
vecinos representa el paso inmediatamente anterior a la
publicación de mapas del Principado individualizados.
La primera noticia que tenemos de este tipo de mapas corresponde
al que se publicó en el atlas de Johannes Metellus titulado
Hispania tabulis aeneis expressa..., en el año 1595, y del
que se conserva un ejemplar, quizá único en el estado español,
en la Biblioteca de Catalunya (E4-IX-10).
El atlas está formado por 10 mapas de pequeño formato,
identificados por las letras A-I. El primero corresponde a una
imagen de la península Ibérica claramente inspirada en la versión
que Ortelius publicó en el Theatrum Orbis Terrarum. La
lámina identificada por la letra I corresponde al mapa titulado
Aragonia et Catalonia. Aragón y Cataluña (14,5 x 21 cm).
Para nosotros representa la primera imagen de Cataluña
compartida con un territorio vecino; en este caso, Aragón. Desde
el punto de vista de su contenido, aporta pocas variaciones respecto
a la lámina A de este atlas, dedicada a la península Ibérica,
que, como ya se ha mencionado, tiene una estrecha relación con
la versión orteliana.
Con todo, el hecho de que se pueda datar a finales del siglo
XVI permite incluirlo entre estos documentos previos a la aparición
de las plantas individualizadas del Principado elaboradas
ya con unos resultados mucho más satisfactorios. 6
Mapas del Principado de Cataluña. Generalidades y selección
comentada
Esta exposición consta de 64 mapas del Principado de Cataluña,
todos ellos reproducidos en el catálogo, de una calidad muy aceptable
y acompañados de la máxima información cartobibliográfica
que nos ha sido posible obtener.
No podemos dedicar un comentario individual a cada mapa.
Nos hemos limitado a estudiar con una cierta profundidad el
que figura en el primer lugar de la muestra, por el motivo de
que todos los indicios nos llevan a pensar que pueda tratarse
del primer mapa de Cataluña impreso y conocido. Este estudio
viene a continuación de este texto general introductorio.
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Aun así, antes de entrar en el tema de unas conclusiones
generales sobre la valoración y el papel de los mapas de Cataluña
en el contexto europeo del momento, dedicaremos unas pocas
líneas a comentar unos cuantos de ellos que por sus características
merecen que la descripción cartobibliográfica sea completada
con unas breves observaciones individualizadas. Son un
total de cinco, cifra que representa sólo un 7% largo del total.
Naturalmente, como cualquier otra selección, es casi imposible
que no tenga una cierta dosis de subjetividad; ello, en todo caso,
sería per omisión, nunca por inclusión poco fundamentada. Los
motivos de la selección han sido variados: por su condición de
ejemplar único conocido (caso del núm. 1), por razones históricas,
por la forma de tratar su temática, o por otros motivos que
en cada caso se van explicitando. El orden interno de esta selección
se basa en la fecha de publicación del mapa.
1. La primera pieza seleccionada, datada en el año 1643, corresponde
a una versión chapucera mezcla de dos mapas publicados
anteriormente, a principios del siglo: el mapa de Vrients
de 1602-1605, a pesar de que según su autor, José Pellicer de
Ossau y Salas-Tovar, cronista mayor del rey Felipe IV de Castilla,
se basó en la planta de Cataluña de Mercator publicada en
1611. Por la fecha de publicación se ve que corresponde al perío -
do de la Guerra de los Segadores, que se había iniciado en el
año 1640. Corresponde a la lámina número 14 del catálogo.
Sólo hay que ver la ornamentación de la cartela del título,
que es exactamente igual que la que aparece en el mapa de
Vrients, colocada también en el mismo lugar, y la ornamentación
y posición de la segunda cartela, que también coincide
en su posición, aunque en este caso el texto interior ha sido
substituido por el texto erróneo de Pellicer y Tovar relativo
al mapa de Mercator. Asimismo, en esta versión, la toponimia
se resiente, y mucho, respecto a la de los dos mapas mencionados.
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No se puede excluir la posibilidad de que este mapa formara
parte de la ilustración de un libro no identificado, que habría
sido encargado por el rey Felipe IV a su cronista mayor con
motivo de la Guerra de Secesión que tenía lugar en Cataluña
en aquellas fechas.
Palau i Dulcet califica al autor como “conreador de la historiografia
apòcrifa” y como “hombre de tan extensa erudición
como corto de escrúpulos...”. 8
Pese a estas circunstancias negativas, ha sido seleccionado
para formar parte de esta corta selección. Eliminada su calidad
científica, pasemos a examinar los motivos: de acuerdo
con los conocimientos actuales, se trataría de la primera planta
del Principado impresa en España, y de la que conocemos
tan sólo dos ejemplares. Uno está incluido en un manuscrito
de la Biblioteca de Palacio (Madrid), titulado Apuntamiento
de las guerras entre España y Francia [1636-1647] en Italia
y Cataluña (Mss. II-1113, núm. II). 9 El otro ejemplar, suelto,
pertenece a una colección privada de Barcelona.
6. GASSET I ARGEMÍ, JOSEP: “Els primers mapes impresos de Catalunya-Aragó”, Treballs de la Societat Catalana de Geografia, 35, 1993, pág. 41-60.
7. BARELLA, ALBERT: “El primer mapa de Catalunya imprès a Espanya en el segle XVII”, Cicle de conferències presentat amb motiu del Symposium IMCOS. Barcelona,
3, 4 i 5 d’octubre de 1986, 1986, pág. 9-16.
8. PALAU Y DULCET, ANTONIO: Manual del librero hispanoamericano. 2a edición, vol. XII, 1959, pág. 426.
9. De Mercator a Blaeu: Espanya i l’edat d’or de la cartografia a les disset províncies dels Països Baixos. FERNANDO BOUZA (ed.). Madrid: Fundación Carlos de Amberes;
Barcelona: Institut Cartogràfic de Catalunya, 1996, pág. 149.