Els mapes del territori de Catalunya durant dos-cents anys, 1600-1800

Si hemos de hacer una valoración cartográfica justa y equitativa
de esta presencia de mapas del Principado a lo largo del
período objeto de la exposición, ésta podría clasificarse como
relativamente aceptable. Lógicamente, esta afirmación sólo se
puede hacer a partir de unos puntos de referencia concretos que
pasan por el conocimiento de la producción cartográfica en Europa
durante este mismo período.
Y cuando nos hemos decidido a aplicar este adjetivo –previamente
matizado– a la presencia, a la cantidad de mapas
publicados, al nivel científico que alcanzaron respecto a los conocimientos
cartográficos del momento, pensamos que está exento
de todo tipo de chovinismo. Cataluña no es en absoluto un
país abanderado en este terreno: la gran mayoría de los mapas
salieron de los talleres de los Países Bajos o de Francia; la aportación
autóctona, a pesar de su valía, es más bien exigua; muchos
mapas son copias, a menudo chapuceras, de otros publicados
anteriormente. Con todo, y por varios motivos, quizá el más decisivo
el de la situación de guerra real o de guerra fría que tuvo
por escenario el territorio de Cataluña a lo largo de estos doscientos
años, el resultado global no se puede calificar en términos
excesivamente negativos.
Si la comparación la hiciésemos en el contexto de la península
Ibérica, el resultado sería algo diferente. Muchas otras tierras
y regiones peninsulares no alcanzaron el nivel de Cataluña
en cuanto a la categoría de sus representaciones cartográficas,
ni desde el punto de vista del conocimiento real del territorio,
ni de la información relacionada con los topónimos y la corrección
en su ubicación.
EN TORNO A LOS PRIMEROS MAPAS DE CATALUÑA
PUBLICADOS Y CONOCIDOS HOY EN DÍA
Primeras noticias referidas a mapas de Cataluña
impresos
Hemos tenido que renunciar, por motivos históricos y documentales,
a dedicar el tema de la exposición a los primeros mapas
de Cataluña impresos, entendiendo este enunciado en el sentido
más estricto de la frase. Así es como lo hubiéramos deseado.
La hipotética conservación, por un lado, de ciertos ejemplares
de mapas del Principado impresos que se encuentran documentados
en textos de finales del siglo XVI, junto con las escasas
posibilidades, algún día, de su localización, ha sido la causa.
Así, como preámbulo de este estudio, daremos razón del contenido
de estos textos mencionados. Pero la exposición se iniciará
con la exhibición del primer mapa impreso conocido, hecho
que tuvo lugar entre 1602 y 1605, y que corresponde a un gran
mapa mural del Principado, un grabado sobre seis planchas de
cobre, y del que, por cierto, solamente tenemos conocimiento de
un solo ejemplar. Suficiente, sin embargo, para encabezar la
muestra.
Las noticias documentales sobre la existencia de estos mapas
del siglo XVI, probablemente perdidos, se encuentran en un
manuscrito afortunadamente conservado que escribió el padre
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Antes de dar por acabadas estas reflexiones finales, hay que
mencionar una labor que constituye la asignatura pendiente en
el mundo de la cartografía. Se trata de los mapas que ilustran
los libros, plegados aparte o formando parte de su paginación.
En algún momento se habrán de incluir en las listas de mapas
de un país o territorio. Esta labor requiere mucho tiempo, así
como personal que pueda ir examinando a fondo todos los volúmenes
cuya temática sugiera la posibilidad de localizar en ellos
mapas, planos, vistas u otro material de este tipo. Son muchas
las obras que habría que examinar; los cartotecarios somos conscientes
de ello y contamos con que algún día se pueda llevar a
término esta labor.
Estas serían las conclusiones derivadas de la oportunidad
de contar con un ejemplar de todos los mapas de Cataluña –procedentes
de los atlas y libros y como ejemplares individuales–
publicados y conocidos hoy en día, y del conocimiento de una
buena parte, esperemos, de las diferentes ediciones de que fueron
objeto, un factor también importante a la hora de valorar
el conjunto. Valoración que ha comportado el haber asumido el
riesgo de poner un calificativo que responda a la realidad sin
hacer uso de subjetivismos. Tan sólo con esta intención se ha
redactado esta visión general dedicada a la cartografía de
Cataluña publicada entre los años 1600 y 1800.
Montserrat Galera i Monegal
Responsable de la Cartoteca de Catalunya
Institut Cartogràfic de Catalunya
jesuita Pere Gil, titulado Libre primer de la historia Cathalana
en lo qual se tracta de Historia o descripció natural, ço es de
cosas naturals de Cathaluña y, según sus propias palabras escritas,
redactado al menos entre 1598 y 1600. Fue el geógrafo Josep
Iglésies quien en el año 1949 publicaba este texto depositado en
el Seminario Episcopal de Barcelona, acompañado de un documentado
estudio. 1
Pere Gil da a entender en el capítulo I de su estudio sobre
Cataluña que 1600 era el año en que lo redactaba: “... per espay
de 1600 añys que correm ara...” [... por espacio de 1600 años en
que andamos ahora...]. Si bien Josep Iglésies en una nota a pie
de página precisa lo siguiente: “Inicialment deia 1598”. 2 Más
adelante, en el capítulo 2bis, podemos leer: “La figura de
Cathaluñya, ben considerada en mappa ben correcta, es triangular;
pero no es equilatera que tinga las parts y lineas iguals;
sino un poc prolongada, y ayxi retira la figura de Escalenos...”
1. IGLÉSIES, JOSEP: Pere Gil, S. I. Libre primer de la historia Cathalana en lo qual
se tracta de Historia o descripció natural, ço es de cosas naturals de Cathaluña.
Según el manuscrito inédito del Seminario Episcopal de Barcelona, 1949.
2. GIL, PERE: Libre primer de la historia Cathalana en lo qual se tracta de
Historia o descripció natural, ço es de cosas naturals de Cathaluña, fol. 1v.
(Estudio de Josep Iglésies, pág. 149).