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LA FILOSOFÍA EN BOLIVIA - andes

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Estudió en la Universidad y se graduó hacia 1795, como doctor en derecho y cánones.<br />

Infelizmente, como los de tantos otros gr<strong>andes</strong> hombres, su expediente no se ha conservado en<br />

nuestro archivo.<br />

Entretanto, su padre, que había sido designado Fiscal de la Real Audiencia de Quito en<br />

1778 viajó al Ecuador acompañado de su hijo Tomás.<br />

Manuel se quedó en Chuquisaca, estudiando en la Universidad. Y en ella alternó con<br />

Manuel y Jaime de Zudáñez que eran más o menos de su edad, con los Lanza, Juan José Paso,<br />

Sagárnaga, Catacora y otros hombres que más tarde actuaron en la revolución. El estudiante lleno<br />

de espíritu cívico y que tenía el temperamento de un verdadero luchador, estuvo en ese grupo de<br />

universitarios descontentos de los cuales dice Gabriel René-Moreno: "Eran todos amigos y<br />

fraternizaban entre sí por el vínculo de la más perfecta unidad de ideas y sentimientos contra la<br />

metrópoli. Sus reuniones tenían por fuerza que ser sigilosas y discretas; pero una vez solos y<br />

seguros estallaba el fuego de los corazones. Entonces se denigraba a voces el mal gobierno y se<br />

execraba el despotismo español en América".<br />

No sabemos cuándo dejó Quiroga la ciudad de Chuquisaca. En todo caso, lo encontramos<br />

ya en Quito hacia 1800, año en que fue designado secretario de la Universidad obteniendo también<br />

licencia para ejercer la profesión de abogado ante la Audiencia. En 1807 fue elegido Vice-Rector<br />

de la Universidad.<br />

He aquí como lo describe Stevenson: "Quiroga era de un carácter inquieto y ambicioso,<br />

temerario e intrépido en lo que emprendía; pero, muy obstinado, no soportaba las censuras, si bien<br />

era accesible al convencimiento cuando se empleaba la persuasión. En el foro ganaba<br />

frecuentemente los pleitos que se le encomendaba. Tenía facilidad de palabra y hablaba con<br />

elocuencia.<br />

Pues bien, Quiroga que había estado en constante comunicación con los descontentos de<br />

Chuquisaca, fue uno de los líderes del movimiento libertario en el Ecuador. Tomó parte en las<br />

prolongadas conspiraciones que se efectuaban en Quito y que culminaron con la célebre reunión<br />

de Chile, realizada el 25 de diciembre de 1808, en la finca del Marqués de Selva Alegre don Juan<br />

Pío Montúfar. En esa reunión se decidió la revolución ecuatoriana. Pero el Presidente de Quito,<br />

conde Ruiz de Castilla, que tuvo conocimiento de ella, ordenó la prisión de Quiroga y de sus<br />

cómplices, Morales y el capitán Salinas. El 3 de febrero de 1809, fue Quiroga encerrado en la<br />

cárcel de La Merced. "Conduciéndoseme — dice — a las nueve del día, por la mitad de la plaza<br />

pública, con un cabo descomedido, insolente, grosero y desvergonzado que ultrajó mi persona a la<br />

sombra de la orden superior".<br />

Cuando se instauró el proceso contra los prisioneros, Quiroga redactó en la cárcel un<br />

alegato en su defensa, a que hemos de referirnos después. Estudiado o no este alegato por las<br />

autoridades, el caso es que los presos fueron poco tiempo después puestos en libertad y de<br />

inmediato reanudaron los manejos preparatorios de la revolución que, sin derramamiento de<br />

sangre, se procesó en la noche del 10 de agosto de 1809. Fueron presos el Presidente y los<br />

oidores de la Audiencia y se organizó la Junta de Gobierno nombrándose Presidente de ella al<br />

Marqués de Selva Alegre y Secretarios de Estado a Juan de Dios Morales, Juan Larrea y<br />

Rodríguez de Quiroga. El manifiesto revolucionario expresaba que los españoles europeos no<br />

habían cumplido su deber para con la Madre Patria y que en vista de ello los criollos organizaban<br />

la Junta para defender al "señor don Fernando VII, su legítimo soberano, siempre que recupere la<br />

provincia o venga a imperar en América".<br />

Los quiteños procedieron pues en igual forma que los revolucionarios de Chuquisaca,<br />

disimulando sus propósitos de independencia bajo una fingida lealtad a la corona. Y al igual que los<br />

chuquisaqueños, enviaron delegados y exhortaciones a las provincias limítrofes para que<br />

secundaran la revolución.<br />

Infelizmente, las provincias no respondieron al llamado y el Virrey de Santa Fe mandó<br />

tropas a Quito que repusieron al Presidente en el Gobierno. El Presidente que al ser repuesto<br />

había prometido olvidar todo lo ocurrido, tan pronto como le llegaron refuerzos del Perú ordenó la<br />

captura de más de sesenta patriotas que habían actuado en la revolución. Inició el proceso<br />

respectivo contra ellos, el cual duró largos meses, sin llegar a concluirse. Entretanto se había ido<br />

creando una profunda animosidad entre el pueblo y las tropas venidas del Perú. Y el 2 de agosto<br />

de 1810, aquél atacó el cuartel en que se encontraban estas últimas. Entonces las tropas<br />

enfurecidas por la agresión asesinaron a Rodríguez de Quiroga, a Morales, a Salinas y otros<br />

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