La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V
La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V
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Use mi mano para cubrir la herida y lentamente caminé<br />
hacia la ciudad. Los guardias de la ciudad en la puerta me<br />
miraron con el ceño fruncido por unos momentos, pero no me<br />
detuvieron. Es probable que ya hayan visto varios aventureros<br />
con heridas cubriendo sus cuerpos. Además, como todavía está<br />
el Escuadrón de la Milicia y los caballeros santos en la ciudad,<br />
no debe haber muchos tipos que se atrevan a molestar en la<br />
capital.<br />
Realmente había perdido mucha sangre en dos días, y<br />
estaba tan débil que no tuve más opción que regresar a mi forma<br />
de caminar estilo tortuga.<br />
Aunque no creé ningún problema, todavía había un<br />
grupo <strong>del</strong> Escuadrón de la Milicia Real que me estaba mirando.<br />
<strong>La</strong> sangre cubriendo la mitad de mi cuerpo sobre la capa era<br />
evidentemente visible y ellos probablemente temían que cause<br />
problemas o aún peor, que directamente me derrumbe en un<br />
costado y me muera en frente de todos.<br />
Viendo que algunos de los caballeros <strong>del</strong> Escuadrón de<br />
la Milicia se estaban acercando, yo caminé hacia un lado de la<br />
calle, donde tres caballeros santos <strong>del</strong> Templo Sagrado estaban<br />
charlando.<br />
Me moví más cerca de las tres personas y entonces<br />
levanté una mano hacia el caballero santo que estaba de<br />
espaldas. Esta acción obviamente hizo que el Escuadrón de la<br />
Milicia y los otros dos caballeros santos que me notaron se<br />
pongan nerviosos, y los otros dos caballeros santos jalaron al<br />
caballero santo a un costado…<br />
Originalmente quería tocar el hombro <strong>del</strong> caballero<br />
santo, pero evidentemente ya no podía ahora.<br />
“Que la Diosa de la Luz los bendiga, mis hermanos,”<br />
Lo dije en una fuerte voz. Sin embargo, después de hablar, me<br />
di cuenta de que mi voz no era tan fuerte como me la<br />
imaginaba. De hecho sonaba anormalmente débil.<br />
“¿Quién eres?” Los caballeros santos me miraron con<br />
confusión, y viendo la sangre fresca sobre mi cuerpo, no<br />
pudieron evitar fruncir el ceño.<br />
Jalé mi capa un poco para dejarles ver mi cara, y dije<br />
con una sonrisa, “¿Pueden reconocerme?”<br />
Los tres caballeros santos abrieron sus ojos tan pronto<br />
como vieron mi rostro, y el más joven de ellos comenzó a<br />
tartamudear, “¡Us- usted es S<strong>–</strong>!”<br />
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