La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

Mi hambre y sed de los pasados cinco días finalmente
fueron satisfechas después de que bajé mi tazón con
satisfacción y vorazmente tomé toda una botella de agua.
Cuando Juicio vio que había comido y bebido hasta que
mi corazón este contento, finalmente puso a un lado los
documentos en sus manos y levantó su cabeza para mirarme.
Aunque Juicio no dijo ni una palabra, yo entendí que él
quería que le explique toda la situación. Así que,
inmediatamente comencé a describirle lo que sucedió,
comenzando desde el momento en que fui a buscar a Pink.
El hecho de que estaba confabulando con una
nigromante – ¡Ups! No es ‘confabulando con’, debería ser ‘en
contacto con’ – Era teóricamente de alto secreto, pero Juicio era
mi mejor amigo después de todo. Jamás le he guardado ningún
secreto antes. Por eso, era natural que él sepa de la existencia de
Pink, la nigromante que estaba especialmente comisionada por
la Iglesia.
Después de que Juicio escuchó todo, se perdió en un
pensamiento profundo incluso mientras trataba con dificultad de
apoyarme sobre el borde de la cama con una mano mientras que
mi otra mano se movía buscando algo debajo de mi cama.
…Recuerdo que había escondido un gran trozo de carne seca
debajo de aquí, ahora ¿A dónde se fue? ¡Aja! Aquí esta.
Estaba dando mi mejor esfuerzo para arrancar un
pedazo de la carne seca que era más grande que mi cabeza de
un mordisco, mientras veía la expresión de Juicio.
Normalmente, él siempre luciría frío mientras que yo siempre
sonreiría. Sin embargo, debajo de la superficie y tras puertas
cerradas donde nadie pueda vernos, ambos podíamos mostrar
cualquier aleatoria y tonta expresión. Por ejemplo, yo estaba
levantando mi trasero hacia arriba en el aire mientras buscaba la
carne seca debajo de mi cama ¿Cuán elegante creen que es eso?
Juicio me miró con una dudosa expresión. Pero apenas
vio que estaba comiendo la carne seca, su expresión cambió y
me la arrebató. Me gruñó suavemente, “Realmente no te
preocupas por tu salud en lo absoluto.”
Revelé una expresión de víctima. “Pero todavía tengo
hambre…”
“Te traeré otro tazón de puré en un rato,” Juicio insistió
con determinación. Él incluso fue tan lejos que metió la carne
seca debajo de su camisa para que yo no pueda comerla.
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