La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

es o no es el Príncipe Heredero. ¿Es eso correcto Capitán
Juicio?”
Dije toda esta oración en un solo respiro, e incluso me
faltó el aliento cuando terminé. Mi pecho se levantaba
furiosamente; no sé si era porque estaba tan cansado por hablar
tanto o si era ese fuego en mi pecho que amenazaba con
escaparse.
Juicio estuvo en silencio por un largo, largo rato, y
finalmente solo dijo una sola oración, “Es posible.”
“¡Jod***, Hijo de p***!” Estaba tan furioso que dejé
salir un pequeño rugido.
Con una expresión enojada, salté de mi cama y abrí el
armario que estaba cerca. Saqué mi capa extra, y mirando a
la Sagrada Espada del Sol al lado del armario, debatía conmigo
mismo si es que debería llevarla o no. Pero al final, decidí no
llevarla, ya que todavía no decidía que iba a hacer exactamente.
¡Solo quería desquitarme con algo!
“Sol, ¿A dónde vas? Tu cuerpo…” Juicio se paró
súbitamente, su cara llena de desaprobación.
“¡Voy a preguntarle algo a Pink!” Interrumpí la oración
de Juicio, y no pude detenerme de agregar en un tono
sarcástico, “Si estas interesado, puedes agregar ‘confabulando
con un nigromante’ a mi lista de ofensas también.”
“Tú…” La cara de Juicio se puso horriblemente severa,
y él, de hecho, parecía estar un poco molesto.
¡Oh no! Repentinamente sentí un poco de culpa desde el
fondo mi corazón. No debí haber dicho esa última oración, y
ahora accidentalmente puse a Juicio molesto… ¡Ah! Ya no me
importa más. Él está enojado, ¡Pero yo lo estoy más!
Iré y discutiré este asunto con Pink primero. Con esta
idea en la mente, decidí ponerme en acción de una vez, y ya
estaba casi fuera de la puerta con la capa en mi brazo cuando
recordé algo importante en el último momento. Volteé mi
cabeza hacia Juicio y dije, “Oh claro, no divulgues esas
tonterías del Papa. Yo encontraré la verdad.”
Cuando terminé esta oración, Juicio estuvo en silencio
otra vez. Esto hizo que me sienta un poco nervioso, ya que este
amigo mío usualmente aceptaría cualquier petición mía sin
preguntar nada, incluso si son estúpidas peticiones como
ayudarme a cumplir una misión de combate, ayudarme a
investigar un caso, o ayudarme a castigar a otros en el nombre
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