La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V
La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V
La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Hoja siempre fue un niño querido bueno de corazón y<br />
bien comportado. Después de tener la enseñanza de cómo ser<br />
una buena persona, estimo que en este mundo, solo hay unos<br />
cuantos que puedan ser más buenos que él.<br />
Ese tipo, Tierra, siempre ha sido de verdad muy rebelde<br />
y nunca le gusto seguir las reglas. Ni siquiera se cuanto esfuerzo<br />
invirtió su maestro solo para hacer que al menos aprenda a<br />
como lucir confiable y honesto en el exterior.<br />
Para Fuego, él siempre fue como un mono salvaje desde<br />
que era joven, y prácticamente no requería ningún tipo de<br />
entrenamiento en el tipo de personalidad que el Capitán<br />
<strong>Caballero</strong> Fuego debía actuar.<br />
Como para el grupo de “los Crueles y Fríos” de los<br />
Doce <strong>Caballero</strong>s Santos, nos conocimos alrededor de la edad de<br />
doce o trece años. A este punto, todos ya habían pasado por tres<br />
años de tortura de entrenamiento.<br />
Por eso, no estoy muy seguro de las personalidades<br />
originales de los seis capitanes <strong>del</strong> grupo de los “Crueles y<br />
Fríos”. <strong>Sol</strong>o escuché un poco de ellos <strong>del</strong> <strong>Caballero</strong> Juicio.<br />
.<br />
“¡Tu eres esa basura que lastimo a <strong>Sol</strong> e incluso lo<br />
incrimino! ¡Casi causaste que yo accidentalmente lo mate!”<br />
Fuego retractó su mano y desenvainó su espada de dos manos<br />
que llevaba en su espalda. Ambos de sus ojos estaban rojos por<br />
la furia, e incluso parecía que su cabello se erizaba.<br />
Escuchando eso me quedé perplejo por un rato. ¿Así que<br />
Fuego estaba enojado por lo que me pasó a mí? ¡Eso explica su<br />
comportamiento anormal! Pero esto no podía ser evitado, ya que<br />
Fuego particularmente me idolatra desde que éramos jóvenes.<br />
Incluso ahora, todavía no sé porque me idolatraría tanto. Tal vez<br />
es porque su maestro le lavó el cerebro y le inculco mucho sobre<br />
este pensamiento en su mente.<br />
“¡No… soy…BASURA!”<br />
El <strong>Caballero</strong> de la Muerte rugió en una tosca voz. <strong>La</strong><br />
oscura aura rodeándolo súbitamente se agrandó y la espada en<br />
sus manos lucia mucho más feroz aun. Sin mencionar que la<br />
cuchilla era lo suficientemente filosa como para hacer carne<br />
molida de la gente, y toda la empuñadura de la espada se<br />
parecía a la forma de un humano en sufrimiento.<br />
† 114 †