La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

La figura de Roland desapareció.
Antes de que ninguno pueda reaccionar, el Señor de la
Muerte repentinamente apareció justo en frente del rey, y
destello una sonrisa malvada, “Su Majestad, es hora de que
pague por sus crímenes.”
El rey estaba tan asustado que sus piernas se rindieron y
se hundió de rodillas.
Esta es la magia especial elemental: Teletransportación.
Permite a la persona acortar la distancia entre él y su destino en
un instante. ¡Nunca pensé que el Señor de la Muerte conjuraría
este tipo de hechizo!
“¡Detente, Roland!”
Cuando vi que Roland había levantado su espada y
agitado hacia la cabeza del rey sin titubear, salte en frente del
rey justo a tiempo. Con la combinación de mi magia santa y la
protección del Escudo de Luz, detuve el ataque de Roland.
Aunque, una gran cortada apareció en mi pecho, la
sangre de mi herida le salpico. Cada gota de mi sangre llena de
elemento santo era extremadamente dañina para él. Él rugió
levemente en dolor.
Aunque mi sangre se había corrido por parte de su
cuerpo e hizo que se viera feo, parecía que ya había vuelto a sus
sentidos. Las llamas en sus ojos no eran tan negras como antes.
Viendo esto, no pude evitar suspirar en alivio. Este tipo
finalmente se ha calmado. ¡Estaba preocupado al principio que
seguiría volviéndose loco!
“Creus…” Roland levanto su cabeza y pregunto con
algo de confusión, “Justo ahora, ¿Por qué no detuviste_?”
“¡Roland!” Lo interrumpí. ¿Estás bromeando? Si la
gente aquí supiera que no detuve a Roland de convertirse en un
Señor de la Muerte, entonces el día en que Yo sea quemado en el
palo no estaría muy lejos.
“Sé que estas obsesionado con matar a quien te torturo
y mato. Pero también sé que no lo estás haciendo por venganza,
pero para salvar a este hermoso país de ser gobernado por un
cruel asesino, previniendo que el asesino ponga en peligro a la
gente y haga más desafortunados Caballeros de la Muerte, ¿No
es así?”
Cuando escucho mi pregunta, se dio cuenta de que
había varias de sus propias intenciones en ella. Así que asintió
reflexivamente.
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