La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

astro. Después de que la luz santa se desvaneció, Roland se
paró de su posición medio arrodillada.
Aterrice y me pare de vuelta en mis pies. El Pelotón del
Caballero Juicio que estaba vigilando la puerta vio lo que paso
y trataron de darme una mano en pararme, pero les señale que
vuelvan a sus posiciones. No obstante, nadie vio lo que paso a
excepción de ellos, porque el dormitorio se había convertido en
un desordenado campo de batalla. Incluyendo a los caballeros
reales, el Caballero Fuego, el Caballero Tierra, y mi Pelotón del
Sol. Había más de cincuenta personas peleando en el cuarto.
Aunque el Príncipe Heredero y Juicio les gritaban que
se detengan, el rey continuo añadiendo leña al fuego. Mi
Pelotón del Caballero Sol ignoro completamente la orden de
Juicio, ¡Después de todo como su líder era yo y el Caballero
Juicio era mi enemigo mortal! Era natural que ellos no
escucharan a Juicio.
La cara de Su Alteza el Príncipe Heredero estaba tan
pálida que parecía que se iba a desmayar en cualquier momento.
La cara del Caballero Juicio se volvió aterrorizantemente
purpura de su rabia.
Por suerte, este era el dormitorio del rey, y su cuarto era
tan grande como un cuarto de conferencias. ¿De qué otra forma
podrían caber cincuenta caballeros peleando adentro?
Conjure el hechizo y luz santa inundo la habitación una
vez más, pero era más brillante esta vez. Sin embargo, emplee
un pequeño truco mientras lo hacía, haciendo que la luz santa
llene toda la habitación a excepción de un espacio alrededor de
Roland.
Necesito que Roland se transforme en un Señor de la
Muerte. Solo así mi plan tendría éxito.
La luz santa exitosamente bloqueo el aura oscura
filtrándose alrededor de Roland mientras se transformaba de un
Caballero de la Muerte a un Señor de la muerte. La
enceguecedora luz también prevenía que cualquiera vea a
Roland claramente. El Pelotón del Caballero Juicio
probablemente pensó que ya había sometido al Caballero de la
Muerte, así que no hicieron nada.
Ni siquiera necesito mencionar a los otros. Estaban tan
ocupados peleando que dudo que hayan notado a la luz santa
reaparecer después de un breve momento.
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