La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

y unos pasteles antes de las interrogaciones y los traería con él
mientras se apresura al baño después de interrogar.
Bien, ya deben saber que siempre te da hambre después
de vomitar ¿No?
Sin embargo, los pasteles que trae con él son siempre
del tipo que son tan dulces que fácilmente podrían ser
confundidos por un montón de azúcar – del tipo que a él no le
gusta, pero a mí me encanta.
De vuelta en el presente, justo entonces, parecía que el
Caballero Juicio ya había terminado de vomitar. Como antes, le
pasé el bañador con agua y el pañuelo, y él cuidadosamente se
limpio, mientras decía, “No te preocupaste en juzgar a los
criminales por un tiempo hasta ahora, Sol. Llegué a pensar que
solamente la severidad de la Diosa de la Luz es capaz terminar
los caminos de un criminal.”
Mi buen amigo se estaba quejando porque no vine a
charlar con él por un buen tiempo.
“La benevolencia de la Diosa de la Luz no existe
solamente a lo largo de la Iglesia. También el palacio requiere
de la iluminación de Su benevolencia, y su Majestad, el rey,
esta sediento por las enseñanzas de la Diosa de la Luz más que
cualquier otro.”
Fui enviado a ‘educar’ a ese cerdo gordo de rey.
“Su Majestad, el rey, si que te trata con desprecio, solo
la severidad de la Diosa de la Luz puede lograr que el rey
comprenda el peligro que enfrenta.”
Debió haber sido realmente difícil, tratar con ese cerdo de
rey. Juicio me dio una mirada de compasiva.
“Mediante los esfuerzos de el Caballero Tormenta, Su
Majestad, el rey, tuvo la oportunidad de experimentar y
comprender la benevolencia de la Diosa de la Luz.”
Si no fuera por Tormenta ese cerdo gordo de rey todavía
no querría retroceder y bajar los impuestos.
“Tormenta debe arrepentirse profundamente de no
haber educado al palacio con la severidad de la Diosa de la Luz
¿Qué no pueden sus ojos ver la perversidad en el palacio?”
El palacio está lleno de mujeres… ¿Sus ojos están bien?
“Él usó sus ojos para atestiguar la perversidad en el
palacio, y aunque fue extremadamente doloroso, él continuó
perdonándolos con la benevolencia de la Diosa de la Luz.”
Él paró un poco antes de quedarse ciego.
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