La Leyenda del Caballero Sol – Libro 1 (V

Bajo la amenaza del Señor de la Muerte y la aislación
de los caballeros reales, el Príncipe Heredero podría, primero,
preocuparse que el Señor de la Muerte trate de matar al rey y
perecer con él en el proceso; segundo, quería confortar a los
caballeros reales; tercero… Tal vez había una pequeña y egoísta
razón del Príncipe Heredero quien se acercaba a sus cuarenta.
Al final, él hablo para urgir a su padre de abdicarse.
El Príncipe Heredero ya tenía la principal voz en las
políticas del reino por un rato ya. Ni siquiera el rey se atreve a
arriesgarse a las consecuencias que hubiera pasado de haber
peleado con su hijo por rehusarse a abdicarse.
Por último, he forzado al asesino a abdicarse. Creo que
después de que dije que “Él podría crear más Caballeros de la
Muerte”, el príncipe vigilará a su padre cuidadosamente desde
ahora para prevenir que cree más tragedias.
Roland, este final probablemente no te satisface, pero
todo en todo, no soy un Caballero de la Muerte, y no puedo
matar para resolver un problema.
Los muertos pueden matar a la gente, tomar su
venganza, y después fallecer, pero los vivos deben quedarse y
tomar la carga de limpiar el alboroto. Así que, los vivos siempre
deben buscar un compromiso. Roland, espero que puedas
aceptar esto como justicia.
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El rey se abdicó y el Señor de la Muerte pasó a mejor
vida.
El asunto fue resuelto de una manera inesperada, ¡Pero
todavía es considerado un buen final!
Nosotros los cincuenta y algo de caballeros santos
naturalmente volvimos al Templo Sagrado. No pudimos evitar
tener ligeras y pesadas heridas en nuestros caballeros, pero bajo
el arduo trabajo de los sacerdotes del Salón de la Luz, nadie
tenía heridas después de media hora.
Como yo era el Caballero Sol y he sufrido severas
heridas, obviamente yo fui el primero al que le lanzaron como
diez Curaciones Avanzadas de los casi como diez obispos.
¡Estimaba que incluso curaron las puntas partidas de mi
cabello! Inmediatamente me di la vuelta para dirigirme a mi
habitación y conciliar el sueño, pero Juicio me siguió.
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