Kasbah 2011 - Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
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El contenido <strong>de</strong> esta historia se ha extraído <strong>de</strong> un artículo titulado:<br />
“Un caso omitido por la Historia. La novela <strong>de</strong> Zobeida”.<br />
Su autor, N. A. Dahdah, lo firma como traductor <strong>de</strong> un antiguo<br />
manuscrito árabe. La publicación se realizó en el número<br />
correspondiente al mes <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1927, <strong>de</strong> la revista África.(1)<br />
De momento, <strong>de</strong>sconocemos la i<strong>de</strong>ntidad completa <strong>de</strong>l autortraductor,<br />
quien tampoco aporta dato alguno sobre su fuente,<br />
el manuscrito árabe original, por lo que <strong>de</strong>sconocemos <strong>de</strong> qué<br />
época es y quién lo escribió.<br />
El planteamiento <strong>de</strong> Dahdah, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l título <strong>de</strong><br />
su artículo, es que se trata <strong>de</strong> un episodio omitido por la historia,<br />
es <strong>de</strong>cir, que lo consi<strong>de</strong>ra más o menos verídico, pero<br />
ignorado o <strong>de</strong>sestimado, y no incluido en los manuales <strong>de</strong><br />
Historia.<br />
Resulta aventurado, con los datos que disponemos, afirmar o<br />
negar la veracidad <strong>de</strong> los hechos narrados en el manuscrito,<br />
aunque, ciertamente, el contexto histórico y algunos hechos<br />
que se narran, coinci<strong>de</strong>n con la historia oficial y son comúnmente<br />
aceptados. Personajes como Abd al-Rahman, Badr y<br />
Yusuf al-Fihri, entre otros, son verídicos, así como las fechas,<br />
las batallas y otros datos narrados. Lo único que se pone en<br />
duda es la existencia real <strong>de</strong> la co-protagonista <strong>de</strong>l relato, la<br />
joven Zobeida, y <strong>de</strong> su padre, puesto que ninguno <strong>de</strong> ellos<br />
aparecen en ninguna fuente.<br />
Al margen <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones, lo realmente importante<br />
es haber rescatado una historia interesante y, sobre todo, po<strong>de</strong>r<br />
darla a conocer, a través <strong>de</strong> este trabajo o leyendo el artículo<br />
reseñado anteriormente.<br />
Lo que se va leer a continuación son hechos reales <strong>de</strong> la vida<br />
<strong>de</strong> Abd-Rahman I, en los cuales hemos incluido una intrusa:<br />
Zobeida. El resultado, un relato don<strong>de</strong> Historia y leyenda, realidad<br />
y ficción, se confun<strong>de</strong>n en medio <strong>de</strong> episodios <strong>de</strong> aventura,<br />
<strong>de</strong> intriga, <strong>de</strong> muerte y <strong>de</strong> amor.<br />
Todo comienza un 25 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 750. En la batalla <strong>de</strong>l río<br />
Gran Zab (Irak), un ejército dirigido por los abbassíes, <strong>de</strong>rrotan<br />
al ejército <strong>de</strong>l califa Omeya, Marwan II. Aunque este<br />
logró huir y refugiarse en la pequeña ciudad egipcia <strong>de</strong><br />
Bushir, finalmente fue localizado y asesinado. Abu al-Abbas<br />
as-Saffah fue proclamado nuevo califa, inaugurando <strong>de</strong> este<br />
modo la dinastía abbassí. Pero, pesar <strong>de</strong> su triunfo y encumbramiento,<br />
Abul al-Abbas percibía que la familia Omeya<br />
conservaba aún bastante influencia, y la veía como una<br />
auténtica amenaza para sus intereses dinásticos. Así que el<br />
25 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 750, el califa invitó a todos los Omeyas a un<br />
banquete en la ciudad palestina <strong>de</strong> Abú Futrus. Era un trampa<br />
mortal. Aprovechó la ocasión para masacrar y exterminar<br />
a toda la familia. Los únicos supervivientes <strong>de</strong> la matanza<br />
fueron Abd al-Rahman, nieto <strong>de</strong>l califa Hisham ibn Abd al-<br />
Malik, su hermano menor, Yahya, su hijo pequeño,<br />
Sulayman, sus dos hermanas y un liberto <strong>de</strong> origen griego<br />
llamado Badr. Parece ser que el grupo quedó reducido a Abd<br />
al-Rahman, Yahyya y Badr, los cuales lograron finalmente<br />
refugiarse en el <strong>de</strong>sierto, entre las tribus beduinas.<br />
Según la leyenda <strong>de</strong>l manuscrito árabe traducido por N. A.<br />
Dahdah, en este momento los fugitivos llegan a un pequeño<br />
poblado a orillas <strong>de</strong>l río Éufrates y se ocultan en la casa <strong>de</strong> un<br />
humil<strong>de</strong> pescador. Este leal servidor tenía una hermosa hija<br />
<strong>de</strong> 15 años, llamada Zobeida, que inmediatamente quedó<br />
prendada <strong>de</strong>l joven Abd al-Rahman, al que observaba en<br />
silencio, a escondidas, siempre oculta tras las cortinas <strong>de</strong> su<br />
cuarto, sin <strong>de</strong>jarse ver.<br />
Un día que Zobeida salió al mercado, observó en la lejanía<br />
la presencia <strong>de</strong> soldados con los estandartes negros <strong>de</strong> los<br />
abbassíes. Corrió a casa para avisar a su padre, pero este no<br />
estaba. Quiso <strong>de</strong>círselo a Abd al-Rahman pero pensó entonces<br />
que él huiría y per<strong>de</strong>ría para siempre su amor. Y si no se<br />
lo <strong>de</strong>cía, moriría a manos <strong>de</strong> los soldados. Decidió entonces<br />
disfrazarse <strong>de</strong> pescador y, convertida en un muchacho, corrió<br />
a avisar a Abd al-Rahman y se ofreció para ayudarle a huir y<br />
acompañarlo en su fuga. Dado que el Omeya nunca había<br />
visto a Zobeida, no sospechó que se trataba <strong>de</strong> una joven<br />
mujer y, en agra<strong>de</strong>cimiento por su gran favor, aceptó finalmente<br />
que el “muchacho” lo acompañara.<br />
Los abbassíes los persiguieron y tuvieron que cruzar el río<br />
Éufrates nadando. El débil Yahya no pudo conseguirlo y tuvo<br />
que regresar a la orilla, don<strong>de</strong> fue capturado y <strong>de</strong>capitado,<br />
aunque el manuscrito árabe dice que sencillamente se ahogó.<br />
Por su parte, Abd al-Rahman, en este trance, perdió un ojo.<br />
Inmediatamente los fugitivos huyeron a Palestina y Siria. Sin<br />
embargo, el peligro en estas tierras lo acechaba continua-<br />
74 <strong>Kasbah</strong> IEES Severo Ochoa Nº 22