You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
heroica, por muchas razones. Una de ellas es que tenían<br />
que recorrer a pie algo así, como ochenta y cinco<br />
kilómetros a través de los llamados “caminos de<br />
recuas”, o los también llamados “atajos”. Eran<br />
laberintos casi siempre inhóspitos donde había que<br />
atravesar a cada vez, ríos y quebradas. Le pregunté que<br />
por qué no hicieron el viaje en lomo de bestias, que<br />
para entonces éstas andaban silvestres, pero no obtuve<br />
respuestas. También le pregunto, cuánto tiempo para<br />
llegar a Caracas, y me dice que treinta y dos días. ¿Por<br />
qué tanto tiempo? Le interrogo. Porque pernoctábamos<br />
en casas de familia y en posadas, por cierto que en<br />
estas posadas pagábamos un bolívar por cada comida.<br />
¿Qué “bastimento” (comida) que era como se le solía<br />
llamar para entonces, llevaban dentro de lo que se<br />
conocía como “macuto” o “capotera” de dos bocas?<br />
Llevábamos algunas arepas, queso de cincho, papelón y<br />
una tapara forrada con mecatillo que de vez en cuando<br />
la sumergíamos en las quebradas para que el agua se<br />
mantuviera fresca. ¿A qué sitio de Caracas llegaron? A<br />
un barrio conocido con el nombre de “Tiro al Blanco”, La<br />
Pastora. Le pregunto: una vez instalados, a esa edad y<br />
sin ningún tipo de conocimientos, ¿a qué te dedicaste?<br />
Me contesta con esa expresión tan típica tan<br />
121