You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
o lo interprete de acuerdo con el cristal con que este lo<br />
vea. Resulta que mi difunta madre, cuando había alguna<br />
reunión familiar, no faltaba alguien, sobre todo mujer<br />
que la incitara para que echara el cuento del “Pitraque”.<br />
Por supuesto que mi madre no aguantaba dos pedidos<br />
para narrar este cuento, porque ella se reía a<br />
carcajadas. Yo me imagino que debe haber sido por la<br />
picardía que encierra el mismo. El mencionado cuento<br />
es el siguiente: se juntan dos señoras de cierta edad<br />
que eran comadres, y en medio de una amena charla<br />
donde hablaron de todo un poco, una de ellas con<br />
mucha sutileza tocó un tema tan significante en<br />
nuestras vidas, pero que lamentablemente todavía sigue<br />
siendo un tabú. Lo cierto es que una de ellas dice, a<br />
manera de interrogante: comadre, quiero contarte un<br />
problema por el que estoy pasando. Usted sabe que a<br />
pesar de mis años soy una mujer muy activa, que me<br />
siento con mucha “birria”, pero me hace falta una de las<br />
cosas principales del hogar que es el “furruqueo” ¿usted<br />
me entiende? La otra señora le contesta, en medio de<br />
una risa picaresca: Comadre, pero para eso usted tiene<br />
su viejo. Claro que si comadre, precisamente ese es el<br />
problema que quiero contarle. Resulta que yo amo<br />
mucho a mi viejito, pero últimamente está de capa<br />
132