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lo debe única y exclusivamente a la ¡sopa de corroncho!<br />
Cuando me da esa inesperada respuesta, inmediatamente<br />
también hizo que me retrotrayera una vez más en el<br />
tiempo, en aquel San Sebastián de la época rural. Es por<br />
ello que cuando me nombró lo de la sopa de corroncho,<br />
plato que fue muy famoso en los predios nuestros y que yo<br />
sepa del Sur del Estado Aragua, quise aprovechar para<br />
hacer una pequeña apología sobre este sencillo pez que<br />
tuvo una significación en la alimentación de una<br />
generación de Sansebastianeros. De hecho, cuando yo<br />
estaba en mi niñez y había alguna persona en precario<br />
estado de salud, se oía decir a los mayores: Fulano está<br />
muy débil, vayan a buscarle unos corronchos, le<br />
preparaban un consomé y ustedes verán que ese se para<br />
de esa cama. Confieso que esta receta muchas veces<br />
resultaba efectiva. Recuerdo también que una vez estaban<br />
unas familias a orillas del río Caramacate, precisamente<br />
consumiendo una tremenda olla de sancocho de corroncho,<br />
y había una pareja muy acaramelada y cada uno se comió<br />
una totuma de esta sopa. Y a la media hora no<br />
aguantaron la reacción, y haciéndose los locos se<br />
internaron en el follaje, gritándoles uno de los presentes:<br />
¡epa, cuidado con una “embolia” miren que están en plena<br />
digestión! Total, que viendo que este pequeño pez formó<br />
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