Para comenzar es necesario contextualizar el abordaje del cuerpo ...

Dimensión Inconsciente en la Construcción Social del Cuerpo Femenino 25
La diferencia entre el varón y la mujer en cuanto a esta pieza de desarrollo
sexual es una comprensible consecuencia de la diversidad anatómica de los genitales y
de la situación psíquica enlazada con ella.
En el texto sobre la sexualidad femenina Freud (1931) señala que la vida sexual
de la mujer se descompone de manera general en dos fases, de las cuales la primera
tiene carácter masculino y solo la segunda es específicamente femenina. El cambio de
vía sexual de la mujer tiene que corresponder a un nuevo cambio de objeto de vía en el
sexo del nuevo objeto.
Freud señala los diversos efectos del complejo de castración en la mujer, entre
estos se encuentra: la mujer reconoce el hecho de su castración y así la superioridad
del varón y su propia inferioridad, pero también se revuelve frente a esa desagradable
situación.
De esa actitud bi-escindida derivan tres orientaciones de desarrollo. La primera
lleva al universal extrañamiento respecto de la sexualidad. La niña pequeña,
aterrorizada por la comparación con el varón queda descontenta con su clítoris,
renuncia a su quehacer fálico y con el a la sexualidad en general, así como a buena
parte de su virilidad en otros campos. Este complejo de masculinidad de la mujer puede
terminar en una elección de objeto homosexual manifiesta.
El complejo de Edipo en la mujer es el resultado final de un desarrollo mas
prolongado; no es destruido por el influjo de la castración, sino creado por él.
Las tres orientaciones que se producen con este descubrimiento son: 1. la
suspensión de toda vida sexual, 2. La porfiada hiperinsistencia en la virilidad y 3. Los
esbozos de la feminidad definitiva.
En el sepultamiento del complejo de Edipo Freud (1924) estaba tentando el
camino que lo llevaría hacia ella, pero solo en el artículo anterior, la expuso cabalmente