Para comenzar es necesario contextualizar el abordaje del cuerpo ...

Dimensión Inconsciente en la Construcción Social del Cuerpo Femenino 35
perturbadoras e improbables acerca del lugar primordial de la sexualidad en la
experiencia humana.(Mitchell, 1993: 115)
Para Mitchell abandonar la teoría pulsional podría considerarse como la
resistencia a aceptar la naturaleza animal, con lo que resulta una teoría superficial, un
cobarde rechazo de verdades desagradables. Cuando se parte de la matriz relacional
como premisa básica, la idea de que la sexualidad es producto de “pulsiones” que son
vestigios filogenéticos y que todavía vibran y pulsan en los tejidos del cuerpo, ya que la
proclame el analizando o el teórico, presenta un diferente cariz. Al observar a la
sexualidad dentro de una perspectiva de la matriz relacional no disminuye importancia
a la sexualidad, si no que da razón de la experiencia de la sexualidad como algo
pulsionado y animal, pero de otra manera (Mitchell, 1993).
Mitchell emplea como símil la afirmación de Shafer (1976) sobre la idea de una
pulsión agresiva que aumenta, busca descarga y se derrama, podría considerarse
como una teoría anal de la cólera, pues los actos coléricos del analizando se
desautorizan, se independizan de éste como actor, y reciben significados anales, lo que
sirve a diferentes fines: el principal de ellos, la desaprobación. “ pues quien actúa
coléricamente no es el analizando, pues éste tiene dentro de si una sustancia que
aumenta, busca una salida catártica, etcétera.” (Mitchell, 1993: 143). Referente a esto
Mitchell dice que la interpretación de la sexualidad como manifestación de pulsiones
animales, tiene una función parecida. Pues:
“no es el analizando quien desea entrar, penetrar, rendir, poseer, desafiar,
envilecer : son las pulsiones libidinales, los restos filogenéticos inscritos en los
tejidos corporales, que se originan fuera de la mente y le exigen cosas a ésta.
De esta manera el concepto de sexualidad, mas que destacar la sexualidad, la
separa de la persona.” (Mitchell, 1993:143).
Mitchell afirma que ser animal sugiere que uno no toma en cuenta a la otra
persona, que el rapto de placer es puramente bestial y equivale a utilizar a la otra