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sion llega á extraviarle, sin tregua y sin miramiento le<br />
llena de ultrajes, que le cubren de vergüenza.<br />
»E1 amante, mientras su pasión dura, aera un objeto tan<br />
repugnante como funesto; cuando la pasión se extinga,<br />
se mostrará sin fe, y venderá á aquel que sedujo con<br />
sus promesas magníficas, con sus juramentos y con sus<br />
súplicas,-y á quien sólo la esperanza de los bienes prometidos<br />
pudo con gran dificultad decidir á soportar relación tan<br />
funesta. Cuando llega el momento de verse libre de esta<br />
pasión, obedece á otro dueño, sigue otro guia, es la razón<br />
y la sabiduría las que reinan en él, y no el amor y la<br />
locura; se Ha hecho otro hombre sin conocimiento de aquel<br />
de quien estaba enamorado. El joven exige el precio de los<br />
favores de otro tiempo, le recuerda todo lo que ha hecho,<br />
lo que ha dicho, como si hablase al mismo hombre. Este,<br />
lleno de confusión, no quiere confesar el cambio que ha<br />
sufrido, y no sabe cómo sacudirse de los juramentos y<br />
promesas que prodigó bajo el imperio de su loca pasión.<br />
Sin embargo, ha entrado en sí mismo y es ya bastante<br />
capaz para no dejarse llevar de iguales extravíos, y para<br />
no volver de nuevo al antiguo camino de perdición. Se<br />
ve precisado á evitar á aquel que amaba en otro tiempo,<br />
y vuelta la concha (1), en vez de perseguir, es él el que<br />
huye. Al joven no le queda otro partido que sufrir bajo<br />
el peso de sus remordimientos por haber ignorado desde<br />
el principio que valia más conceder sus favores á un<br />
amigo frió y dueño de sí mismo, que á un hombre, cuyo<br />
amor necesariamente ha turbado la razón.<br />
«Obrando de otra manera, es lo mismo que abandonarse<br />
á un dueño pérfido, incómodo, celoso, repugnante, perjudicial<br />
á su fortuna, dañoso á su salud, y sobre todo, fu-<br />
(1) Alusión á un juego, en el que para saber quién era el perseguidor<br />
y quién el perseguido, se arrojaba al aire una conclia blanca<br />
por un lado y negra por otro.<br />
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 2, Madrid 1871