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coii una sabiduría mortal, y que vive entregado por eütero<br />
á los vanos cuidados del mundo, no puede producir,<br />
en el alma de la persona que ama, más que una prudencia<br />
de esclavo, á la que el vulgo da el nombre de virtud,<br />
pero que le hará andar errante, privado de razón en la<br />
tierra y en las cavernas subterráneas durante nueve mil<br />
años.<br />
Aquí tienes, ¡oh Amorl la mejor y más bella palinodia<br />
que he podido cantarte en expiación de mi crimen. Si mi<br />
lenguaje ha sido demasiado poético, Fedro es el responsable<br />
de tales extravíos. Perdóname por mi p-imer discurso<br />
y recibe éste con indulgencia; echa sobre mí una<br />
mirada de benevolencia y benignidad; no me arrebates;<br />
ni disminuyas en mí por cólera, este arte de amar, cuyo<br />
presente me has hecho tú mismo; concédeme que, ahora<br />
más que nunca, esté ciegamente apasionado por la belleza.<br />
Si Fedro y yo te hemos ultrajado al principio groseramente<br />
, no acuses más que á Lisias, origen de este<br />
discurso; haz que renuncie á esas composiciones frivolas,<br />
y llámale hacia la filosofía, que su hermano Polemarco<br />
ha abrazado ya, con el fin de que su amante, que me escucha,<br />
libre déla incertidumbre que ahora le atormenta,<br />
pueda consagrar, sin miras secretas, su vida entera<br />
al amor dirigido por la filosofía.<br />
<strong>FEDRO</strong>.<br />
Me uno á tí, mi querido Sócrates, para pedir á los dioses<br />
que sigan ambos tu consejo por ellos y por mí. Pero<br />
en verdad, yo no puedo menos de alabar tu discurso, cuya<br />
belleza me,ha hecho olvidar el primero. Temo que Lisias<br />
parezca aicgr inferior, si intenta luchar contigo en un<br />
nuevo diséjiíao. Por lo demás, ahora, recientemente, uno<br />
de nuestrosiiombres de Estado le echaba en cara, en términos<br />
ofensivos, el escribir mucho, y en toda su diatriba<br />
le llamaba fabricante de discursos. Quizá el amor propio<br />
le impedirá responderte.<br />
Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 2, Madrid 1871