Proyecto_mARTadero_2014
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Así como el enigma y las leyendas del matadero hacían presencia en el cotidiano vivir<br />
del barrio, también las tradiciones, costumbres y creencias, formaban parte de este.<br />
Porque en la tradición, y según nos cuenta el Diccionario de los símbolos de Jean<br />
Chevalier, “la sangre se considera universalmente como el vehículo de la vida. La sangre es la<br />
vida, se inicia la manera bíblica. A veces se la toma incluso como el principio de la generación.<br />
La sangre es considerada por algunos pueblos como el vehículo del alma” , y siempre ha<br />
estado unida a la fuerza vital.<br />
Por ello, una de las creencias era la de traer al matadero a la gente que estaba débil,<br />
para que tomasen un vaso de sangre que fuese de toro negro, así la gente creía que<br />
adquiriría la fuerza que estaba concentrada y materializada en la sangre del animal.<br />
De la misma manera el suero que estaba concentrado en el corazón del toro era<br />
recibido para la ingestión de las personas que acudían al matadero con la esperanza de<br />
curar sus males, “males que ni los médicos conseguían resolver”. Debido a la característica<br />
incolora de este suero la gente la denominada “agüita de corazón”.<br />
Otra de las creencias era la de llevar al matadero a los bebés que adolecían de<br />
decaimiento, debilidad, etc. para que recobren la vitalidad. Su curación consistía en poner<br />
al bebé en el vientre de una vaca recién sacrificada, teniendo el bebé que permanecer sólo<br />
diez minutos, tiempo tras el cual lo sacaban y lo envolvían.<br />
Los brujos también participaron en la adquisición de los subproductos del matadero,<br />
comprando los cuernos de los animales sacrificados para ciertos rituales.<br />
La gente que trabajó en el matadero cuenta que otro de los negocios lucrativos era<br />
el de vender los cálculos biliares (oro blanco), que eran extraídos de los animales después<br />
de muertos. La gente que compraba este preciado elemento era en su mayoría de origen<br />
asiático. Este negocio es tan lucrativo que hoy día se sigue comercializando incluso por<br />
Internet.<br />
Los matarifes cuentan que todos sacaban rédito de los beneficios del animal, “incluso<br />
el veterinario raspaba las lenguas de los toros, para preparar una medicina”.<br />
Pero pronto, el mal aspecto, el olor, la contaminación, y el peligro, entre muchas<br />
cosas, conducirían a que el barrio se organice y pida a la municipalidad el cierre de este<br />
establecimiento, casi cien años después de su traslado a los terrenos de Ambrocio Vera.<br />
En 1992, la presión de los vecinos, encabezados por su junta vecinal, logran el cierre del<br />
matadero, y solicitan la creación de un Centro Deportivo y Cultural que llamarían 27<br />
de mayo.<br />
“Memorias tradiciones y costumbres de los matarifes de<br />
Cochabamba 1945-1950-1960.<br />
Hacia 1945, los matarifes de aquel tiempo fomentaban la<br />
corrida de toros, en cada aniversario de Cochabamba.<br />
Se recuerda de aquel tiempo la corrida de toros, el mercado<br />
de papas en la Uruguay entre Lanza y Antezana, la Fidel<br />
Aranibar hoy mercado Lanza Punata, la cancha petrolera,<br />
hoy complejo petrolero. Se cuatro de los impulsores fue<br />
el señor Guillermo Aldunate, que se ocupaba como jefe<br />
de mercados, y que fue quien solicitó la autorización<br />
del Acho, coliseo de toros que se encontraba en total<br />
abandono. Patrimonio histórico que dejaron los españoles,<br />
los matarifes Vitaliano Guzman Satseráurnino Lizarazu,<br />
Dionisio Acosta, Daniel Merida Lizarazu. Facilitaban<br />
sus toros a varias empresas del Perú, México para que<br />
participen en el famoso coliseo del Acho.<br />
En los 80’s, el matadero municipal también fue usado<br />
como lugar de torturas. En un tiempo oscuro en el que<br />
la vida humana valía poco, algunas personas fueron<br />
torturadas en la A6, Sala de las Cabezas y en otras naves.<br />
De ahí que Agazzi decidiese filmar, todavía con el matadero<br />
en funcionamiento, algunas escenas de “los Hermanos<br />
Cartagena” relativas a torturas allí mismo, en el lugar de los<br />
hechos. Se representaba en una de las escenas la tortura de<br />
un dirigente obrero, por grupos paramilitares, durante la<br />
dictadura de Luis García Meza Tejada.<br />
Posteriormente una actividad denominada “80” puso<br />
en escena en este lugar y otros ambientes la atmósfera<br />
opresiva de los espacios de tortura tal y como los vivieron<br />
en aquella época, recogiendo testimonios de torturados y<br />
familiares para recuperar esas memorias e impedir que algo<br />
así vuelva a suceder.<br />
Los jóvenes metaleros, por su deseada estética ruda,<br />
violenta y pseudo-satánica, buscaban tomarse fotografías<br />
con objetivos promocionales en las montañas de<br />
huesos y despojos del matadero, reforzando su imagen<br />
provocadora. Las instalaciones del matadero municipal<br />
eran frecuentemente visitadas por gente que sin trabajar<br />
en el lugar tenía acceso a los ambientes. Entre muchos<br />
de los casos estaban los jóvenes que, llevados por la<br />
curiosidad y por su manera de ver la energía emanada del<br />
lugar, frecuentaban éste e interpretaban así la muerte, la<br />
fragilidad de la vida, o solo lo hacían por diversión.<br />
<strong>Proyecto</strong> <strong>mARTadero</strong>: Vivero de las Artes. Un ejemplo de gestión cultural 2005-<strong>2014</strong><br />
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