Proyecto_mARTadero_2014
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UNA CULTURA DE FELICIDAD<br />
Quienes comenzamos el <strong>Proyecto</strong> Matadero estamos convencidos de que la Cultura<br />
se encuentra en la base del Desarrollo Humano, de la autorrealización. Esa Cultura<br />
está intrínsecamente relacionada con valores como la participación, la creatividad,<br />
el entendimiento, el ocio, la identidad, la libertad, etc., valores que ya Max Neef -el<br />
sociólogo chileno que con Elizalde proponía el “desarrollo a escala humana”- identificaba<br />
como esenciales para la felicidad de la persona, para el bienestar vital de los individuos.<br />
Yendo aun más allá, lo asocian certeramente a la satisfacción de las necesidades, aunque<br />
entendidas de un modo más integral y humanista. En el cuadro contiguo reproducimos<br />
el esquema de análisis generado por Max Neef, para apreciar de modo más inmediato<br />
esta multiplicidad de dimensiones y vinculaciones de manera muy clara. Así, y según<br />
ellos, habría categorías existenciales (filas) y axiológicas (columnas). En dicho cuadro<br />
podemos observar cómo se resaltan necesidades como la pasión, la libertad de expresión,<br />
la igualdad de derechos, la creatividad, el sentido de pertenencia, las fiestas, el lenguaje y<br />
los símbolos, etc. sobre las tradicionalmente consideradas como básicas.<br />
Como seres humanos, buscamos felicidad y sentido. Esto es<br />
extremadamente complejo y, a la vez, sorprendentemente<br />
sencillo. Necesitamos mayores grados de reflexión sobre<br />
nosotros mismos y sobre la realidad que nos rodea, mayor<br />
conocimiento del medio y de nosotros como sujetos de<br />
interpretación y continua composición y recomposición<br />
del mismo. Ese es el sentido del “conócete a ti mismo”,<br />
del “carpe diem” y de la promoción de la conciencia del<br />
momento presente. Sólo así, la conciencia interior nos<br />
mostrará que formamos parte de un amplio y complejo<br />
sistema dentro del cual tenemos una función clara. Ello nos<br />
llevará a ser útiles, constructivos y felices.<br />
La Declaración de la Ciudad de México sobre Políticas<br />
Culturales afirma que “es la cultura la que da al hombre la<br />
capacidad de reflexionar sobre sí mismo”. Cuando nos<br />
planteamos la posibilidad de conformar un espacio abierto<br />
para la creación y el diálogo entre culturas, dichas ideas<br />
y definiciones estaban en nuestras mentes. Queríamos<br />
un espacio sano, participativo, abierto, propositivo. Un<br />
espacio que hiciese felices a las personas. Y en ese camino<br />
hemos de seguir profundizando, sin perder -en medio de la<br />
dinámica vertiginosa de actividades- el rumbo.<br />
Resignificando. Dando un nuevo sentido al patrimonio, en<br />
una ciudad donde tanto ha desaparecido por negligencia,<br />
resultando imprescindible salvar al menos éste. Porque<br />
la distribución espacial interna del MATADERO permite<br />
además la convivencia entre varios sectores de creación y<br />
garantiza la coexistencia de espacios laborales específicos<br />
y espacios comunes para desenvolver un programa<br />
sinergético y de gran variedad de propuestas.<br />
Asimismo ofrece múltiples y variadas posibilidades<br />
espaciales para el setting de gran cantidad de obras, para la<br />
realización de trabajos escénicos y para el desenvolvimiento<br />
de diálogos de arte y talleres; también en el caso de<br />
eventos artísticos grandes y bienales. Su carácter central<br />
de loft, con alturas hasta los 7m, corresponde tanto a los<br />
requerimientos espaciales de propuestas escénicas, como<br />
de manifestaciones artísticas contemporáneas que suelen<br />
ser de difícil solución en los sitios tradicionales.<br />
Su situación estratégica en un barrio desaventajado<br />
permite pertinentes reflexiones socio/culturales y crea<br />
una posibilidad de diálogo arte/sociedad no elitista.<br />
Además crea una posibilidad de revalorización del mismo<br />
barrio, que corresponde a una clara visión e intención de<br />
descentralización, de distanciamiento del centro, que no lo<br />
entendemos solamente desde un punto de vista espacial,<br />
sino también de concepto y contenido. Nosotros vemos<br />
una gran posibilidad intercultural de encuentro entre la<br />
propuesta emergente y el arte popular auténtico desde la<br />
periferia, donde ambos por naturaleza se sitúan.<br />
A todos nos resulta difícil definir Cultura, pero no disfrutarla.<br />
Por ello creemos que este proyecto puede generar<br />
posibilidades únicas para la felicidad y el desarrollo humano<br />
de la población, y que con el tiempo será un espacio clave<br />
para conectar a Bolivia -desde lo mejor de sí misma y<br />
desde su invaluable riqueza cultural- con otros pueblos y<br />
propuestas del mundo.<br />
Porque creemos en la Cultura con Principios y en el ser<br />
humano como destinatario último de todos nuestros<br />
esfuerzos.<br />
<strong>Proyecto</strong> <strong>mARTadero</strong>: Vivero de las Artes. Un ejemplo de gestión cultural 2005-<strong>2014</strong><br />
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