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El Protagonismo de las Materias Primas - Fundación Banco Santander

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19<br />

La i<strong>de</strong>a es muy sencilla: la teoría económica, históricamente, ha<br />

encontrado razones para anunciar que el ritmo <strong>de</strong> agotamiento<br />

<strong>de</strong> los recursos no renovables ineludiblemente pone un<br />

límite a la tasa <strong>de</strong> crecimiento sustentable.<br />

<strong>El</strong> primer economista que probablemente comentó este<br />

“teorema <strong>de</strong> la imposibilidad” fue Malthus. <strong>El</strong> gran economista<br />

y moralista anunció que, dado que la población humana crecía<br />

en progresión geométrica y la producción <strong>de</strong> alimentos en<br />

progresión aritmética, resultaba imposible que el crecimiento<br />

<strong>de</strong> la especie se mantuviese al ritmo que entonces se registraba.<br />

En términos prácticos, Malthus <strong>de</strong>fendió la adopción <strong>de</strong> una<br />

serie <strong>de</strong> medidas sociales, políticas y morales para impedir la<br />

hecatombe. Como sabemos, Malthus se equivocó con su<br />

pesimismo: en los últimos 150 años, la población mundial ha<br />

crecido a una tasa promedio <strong>de</strong>l 1,6% y la producción <strong>de</strong><br />

alimentos al 2%. Y la razón <strong>de</strong>l “error” <strong>de</strong> Malthus no está ni<br />

en sus supuestos, ni en su razonamiento o lógica. Malthus se<br />

equivocó porque no pudo pre<strong>de</strong>cir el cambio tecnológico. No<br />

pudo pre<strong>de</strong>cir la inversión y el proceso <strong>de</strong> innovación que ha<br />

llevado a que la producción <strong>de</strong> alimentos crezca mucho más<br />

rápidamente que en cualquier época pasada. Ni tampoco pudo<br />

anticipar el cambio en la natalidad que iba a producirse asociado<br />

a la liberación <strong>de</strong> la mujer y al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> métodos<br />

anticonceptivos eficientes. Creo que para nuestra reflexión es<br />

importante recordar que la innovación y el <strong>de</strong>scubrimiento<br />

científico son consustanciales a nuestra civilización y que, la<br />

mayor parte <strong>de</strong> <strong>las</strong> veces, son fuente <strong>de</strong> optimismo.<br />

<strong>El</strong> siglo XX también aportó su dosis <strong>de</strong> melancolía científica. En<br />

el año 1972 se presentó el informe sobre Los límites al<br />

crecimiento, que había elaborado el Club <strong>de</strong> Roma. Y, nuevamente,<br />

emergió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el mundo no podía seguir creciendo<br />

a <strong>las</strong> tasas registradas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el final <strong>de</strong> la II Guerra<br />

Mundial. Esta vez tuvieron razón: el mundo no ha vuelto a ser<br />

el mismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el shock <strong>de</strong> la energía sacudió los cimientos<br />

<strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong> los “milagros” <strong>de</strong> crecimiento, y <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

“eda<strong>de</strong>s doradas” <strong>de</strong> países <strong>de</strong>sarrollados y emergentes, casi<br />

por igual. <strong>El</strong> mundo –gran parte <strong>de</strong>l mundo– no volvió a<br />

crecer <strong>de</strong> la forma a la que se crecía hasta 1972. A partir <strong>de</strong><br />

entonces, se ha crecido menos y <strong>de</strong> una manera distinta.<br />

Muchas <strong>de</strong> <strong>las</strong> cosas que hoy damos por supuestas sobre<br />

sostenibilidad –respeto al medio ambiente, legitimidad y racionalidad<br />

económica <strong>de</strong> la lucha contra la pobreza y la <strong>de</strong>sigualdad,<br />

etc– tienen sus orígenes en el nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

crecimiento que surge tras el shock energético-político <strong>de</strong><br />

1973. Ahora bien, también parece estar muy claro que <strong>las</strong><br />

sombrías predicciones <strong>de</strong>l Club <strong>de</strong> Roma sobre la “hecatombe”<br />

que se produciría a la altura <strong>de</strong>l año 2050 –drástica reducción<br />

<strong>de</strong> la población mundial y contracción <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong><br />

producción industrial– no parece estar en el horizonte. Más<br />

bien todo lo contrario: la población mundial sigue creciendo y<br />

los nuevos países emergentes –China e India– amenazan con<br />

duplicar o triplicar el potencial <strong>de</strong> la humanidad para producir<br />

bienes y servicios. La razón <strong>de</strong>l “error” <strong>de</strong>l Club <strong>de</strong> Roma es<br />

también muy clara: en el momento en que se redactaba<br />

el documento, –cuando la población mundial era <strong>de</strong> 3.000<br />

millones <strong>de</strong> personas–, nadie creyó necesario reparar que dos<br />

tercios <strong>de</strong> la población mundial –buena parte <strong>de</strong> Asia,<br />

Latinoamérica y África– vivían en esos países no <strong>de</strong>sarrollados<br />

y querían <strong>de</strong>sarrollarse.<br />

Precisamente es este “hambre <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo” <strong>de</strong> algunos<br />

países emergentes lo que está cambiando el entorno social,<br />

económico y político <strong>de</strong> esta primera década <strong>de</strong>l siglo XXI.<br />

Hoy está aceptado –en algunos casos con gran resignación–<br />

que en veinte, treinta o cuarenta años, los países que van a ser<br />

<strong>las</strong> economías mayores <strong>de</strong> la Tierra no serán los actuales<br />

países ricos, los que hoy componen el G-7. Los países gran<strong>de</strong>s<br />

van a ser los BRICs: Brasil, Rusia, India, China, México y algún<br />

otro.<br />

Estamos siendo testigos <strong>de</strong> un enorme cambio en los pesos<br />

y los protagonismos relativos en la economía mundial. Y eso<br />

produce miedo, porque no sabemos cómo seguirá el proceso<br />

y cómo nos afectará a cada uno <strong>de</strong> nosotros. Ya en este año<br />

2005, China será más gran<strong>de</strong> que el Reino Unido, en el año<br />

2007 sobrepasará a Alemania, en el año 2015 a Japón y en el<br />

año 2040 China será una economía mayor que la <strong>de</strong> Estados<br />

Unidos. Algo similar ocurre con el tamaño relativo <strong>de</strong> India,<br />

Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Sostenibilidad y Patrimonio Natural Nº 8

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