El Protagonismo de las Materias Primas - Fundación Banco Santander
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<strong>El</strong> agua, ¿un problema <strong>de</strong> escasez<br />
Enrique Cabrera<br />
Catedrático <strong>de</strong> Mecánica <strong>de</strong> Fluidos<br />
Instituto Tecnológico <strong>de</strong>l Agua, UPV<br />
<strong>El</strong> agua, porque ningún tipo <strong>de</strong> vida es posible sin ella, es el<br />
recurso natural renovable más importante que existe. Y así,<br />
como lo evi<strong>de</strong>ncia la historia <strong>de</strong> la humanidad intrínsecamente<br />
ligada a su manejo y utilización, ha sido siempre.<br />
Porque son ya <strong>las</strong> primeras civilizaciones <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong><br />
Bronce <strong>las</strong> que, en los albores <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> <strong>las</strong> primeras<br />
ciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> la invención <strong>de</strong> la escritura, establecen<br />
los fundamentos <strong>de</strong> la ingeniería <strong>de</strong>l agua. Las civilizaciones<br />
posteriores, especialmente <strong>las</strong> <strong>de</strong>l periodo clásico, no hacen<br />
sino <strong>de</strong>sarrollar técnicas ya existentes. En efecto, conviene<br />
recordar que la gestión <strong>de</strong> los ríos Éufrates y Tigris, que<br />
<strong>de</strong>sarrollaron los sumerios hace ya 7.000 años, constituye<br />
una <strong>de</strong> <strong>las</strong> páginas más brillantes <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la capacidad<br />
<strong>de</strong> innovación <strong>de</strong>l hombre.<br />
Y qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la fascinación que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre la humanidad<br />
ha sentido por el río Nilo, especialmente en su parte<br />
egipcia. Un río que el fundador <strong>de</strong> la primera dinastía, el rey<br />
Menes, represó cerca <strong>de</strong> Memphis hacia el 3100 a.c. para<br />
proteger esta ciudad <strong>de</strong> <strong>las</strong> periódicas inundaciones que<br />
sufría. Fue también en Egipto, unos 30 km al sur <strong>de</strong> <strong>El</strong> Cairo<br />
(concretamente en el Wadi Garawi), don<strong>de</strong> hacia el 2600<br />
a.c. se construyó la presa <strong>de</strong> Sadd-el-Kafara, la primera obra<br />
que para almacenar agua vio la humanidad. Una cultura<br />
hidráulica que llevarán a su máximo esplendor <strong>las</strong> civilizaciones<br />
clásicas. Tanto es así, que los romanos construyeron<br />
un sistema <strong>de</strong> acueductos con capacidad para transportar<br />
600.000 m 3 <strong>de</strong> agua diarios los 100 kilómetros que existen<br />
entre los Apeninos y Roma. Un gran volumen, similar al<br />
consumo actual <strong>de</strong> Madrid, y que hay que valorar como<br />
correspon<strong>de</strong>, habida cuenta la época en que se realizó.<br />
Así pues, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre la humanidad ha resuelto con<br />
brillantez los problemas <strong>de</strong> escasez <strong>de</strong> agua que ha tenido.<br />
Porque muchas veces, sobre todo en la orilla mediterránea<br />
en la que nuestra civilización ha crecido, los asentamientos<br />
urbanos se emplazaron en lugares don<strong>de</strong> el agua no<br />
abundaba. Otras veces, cuando la había, <strong>las</strong> sequías se<br />
encargaban <strong>de</strong> recordarnos que la nuestra es una tierra<br />
semiárida. Tanto es así que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre nuestra civilización<br />
ha convivido con <strong>las</strong> sequías. Ya el capítulo 41 <strong>de</strong>l<br />
Génesis se hace eco <strong>de</strong> <strong>las</strong> que periódicamente soportaba<br />
Egipto. <strong>El</strong> episodio en el que José interpreta el sueño <strong>de</strong>l<br />
Faraón así lo evi<strong>de</strong>ncia. España, país mediterráneo, no ha<br />
sido ajeno a el<strong>las</strong>. Una <strong>de</strong> <strong>las</strong> sequías más severas, la que nos<br />
asoló en los primeros años <strong>de</strong>l siglo XVII, inspiró a<br />
Cervantes el entrañable episodio <strong>de</strong> los disciplinantes que<br />
nos cuenta <strong>El</strong> Quijote: “Era el caso que aquel año habían <strong>las</strong><br />
nubes negado su rocío a la tierra, y por todos los lugares<br />
<strong>de</strong> aquella comarca se hacían procesiones, rogativas y<br />
diciplinas, pidiendo a Dios abriese <strong>las</strong> manos <strong>de</strong> su misericordia<br />
y les lloviese... “