El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
116<br />
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
117<br />
porque era <strong>de</strong> origen negro, sino porque intentó introducirse en <strong>la</strong> ciuda<strong>de</strong><strong>la</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> aristocracia, […] el ataque fue por el conflicto con <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada “Buena<br />
sociedad» […]… esta campaña en su contra, no es por el mero hecho <strong>de</strong><br />
ser el origen negro su ritmo, como preten<strong>de</strong>n algunos sino por consi<strong>de</strong>rarlo<br />
una forma <strong>de</strong> baile inmoral o por lo menos in<strong>de</strong>corosa <strong>de</strong> acuerdo a los<br />
preceptos morales <strong>de</strong> <strong>la</strong> época. […] …no es nada nuevo una campaña <strong>de</strong> ese<br />
tipo y nosotros que <strong>de</strong>tectamos <strong>la</strong> discriminación contra el negro don<strong>de</strong>quiera<br />
que aparece, somos los primeros en <strong>de</strong>cir que <strong>la</strong> campaña contra el<br />
merengue, fue una campaña <strong>de</strong> <strong>la</strong> moral engolil<strong>la</strong>da, pero no contra el elemento<br />
negro que pudiera haber en <strong>la</strong> composición <strong>de</strong>l merengue.» 85<br />
Para llegar al fondo <strong>de</strong>l asunto, continuamos con nuestras interrogantes y<br />
con <strong>la</strong>s respuestas que proporcionan <strong>la</strong>s propias i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los «oasistas»: ¿Se<br />
trató <strong>de</strong> un asunto político No parece ser éste un criterio válido puesto que<br />
como se vio en sus breves reseñas biográficas, hubo coinci<strong>de</strong>ncias y antagonismos<br />
entre <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as políticas que llegaron a profesar. ¿Resultó un problema<br />
<strong>de</strong> prejuicios ante una mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses sociales o un menosprecio a <strong>la</strong>s masas<br />
menos favorecidas Definitivamente no, pues por sus indicaciones el merengue<br />
lo bai<strong>la</strong>ban los jóvenes <strong>de</strong> su misma estirpe y rango sociales. Entonces,<br />
¿por qué ese enfrentamiento, esa oposición virulenta al merengue, que se extendió<br />
públicamente hasta el primer tercio <strong>de</strong> 1855 Todo lo publicado seguirá<br />
apuntando hacia asuntos re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> moral.<br />
Sigamos, pues, conociendo <strong>la</strong>s convicciones <strong>de</strong> estos intelectuales, cuyas argumentaciones<br />
alertaban contra aquel baile cual infección apestosa para <strong>la</strong>s<br />
buenas costumbres. <strong>El</strong> 14 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1855 –No. 8, p. 30– Manuel <strong>de</strong> Jesús<br />
Galván tercia por primera vez en el ruedo aunque no con su enjundiosa prosa,<br />
sino con unos versos cuyo valor, más que poético, es testimonial. Galván/Enmanuel<br />
incluyó estas rimas apocalípticas, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n a su majestad,<br />
<strong>la</strong> tumba, en <strong>la</strong> sección Folletín –inserción bastante ilustrativa <strong>de</strong> <strong>la</strong> seriedad<br />
que otorgaba al tema en cuestión, pero en <strong>la</strong> que también podía expresarse con<br />
un lenguaje más coloquial para abominar por <strong>la</strong> libre <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>testable danza–:<br />
QUEJAS DE LA TUMBA CONTRA EL MERENGUE: [Haced lo que yo mando y no<br />
lo que yo hago. Varios Predicadores]: La tumba, que hoy vive <strong>de</strong>sterrada / Por el<br />
torpe merengue aborrecible; / Que en vil oscuridad yace olvidada, / Llorando<br />
su <strong>de</strong>stino atroz, horrible; / Ya por fin, penetrada <strong>de</strong> furor / Expresa <strong>de</strong> este<br />
modo su dolor:<br />
Progenie impura <strong>de</strong>l impuro averno, / Hijo digno <strong>de</strong>l diablo y <strong>de</strong> una furia, /<br />
<strong>Merengue</strong>, que aun siendo niño tierno / Te merengueó en sus brazos <strong>la</strong> lujuria,<br />
/ Tú, vil<strong>la</strong>no, que insultas al pudor, / Dame mi cetro, infame usurpador.<br />
Y vosotros, vasallos rebe<strong>la</strong>dos / Contra vuestra legítima Señora, / Que <strong>de</strong><br />
mis nobles fi<strong>la</strong>s <strong>de</strong>sertados / Al inicuo Satan servís ahora; / Mirad que es<br />
vilipendio <strong>de</strong>spreciable / Bai<strong>la</strong>r este merengue <strong>de</strong>testable.<br />
¿Qué parece don Jorge Fandanguillo, / Ese merengueador <strong>de</strong> tanta fama, /<br />
Cuando arroja a los aires un tobillo / Y con furia echa mano <strong>de</strong> su dama / ¿No<br />
os recuerda <strong>la</strong> líbica serpiente / Que acomete á su presa ferozmente<br />
En punto puesto ya <strong>de</strong> caramelos / ¿No os parece don Jorge cosa fea / Cuando<br />
eleva <strong>la</strong>s ancas a los cielos / Y en un mismo lugar se remenea / ¿Dó está<br />
pues el pudor, dó <strong>la</strong> moral / Si reina esa zandunga criminal<br />
¡Mirad al caballero <strong>de</strong>licado, / Al Quijote que agravios ha <strong>de</strong>sfecho / De<br />
Ingenuo y <strong>de</strong> Celiar muy olvidado / Empuña una muger pecho con pecho! /<br />
¿Como es que el que tuertos en<strong>de</strong>reza / Compone <strong>de</strong> dos cuerpos una pieza<br />
Mirad al rapazuelo <strong>de</strong>scarado, / Que <strong>de</strong> una matronaza respetable / Se aferra<br />
con gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>senfado / Y con <strong>de</strong>sfachatez intolerable. / ¿Quién al chico<br />
inspiró tal osadía / ¿No es <strong>de</strong>l merengue <strong>la</strong> pasión impía<br />
Decid, merengueadores, ¿no os enfada / Cuando dais con parejas zandungueras,<br />
/ Pensar que alguna hermana ó hija amada / A otro prueba que es<br />
ágil <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ras / ¿No teneis corazón, no teneis alma / Para sufrir ese aguijón<br />
en calma<br />
En tiempos <strong>de</strong> mi fausta monarquía, / Cuando el cetro <strong>de</strong>l baile yo empuñaba,<br />
/ La <strong>de</strong>sencia tal zurra no sufría, / Pues <strong>de</strong> léjos entonces se bai<strong>la</strong>ba. /<br />
Pero ¡hoy! ni los árabes beduinos / Son, como ese merengue, libertinos.