El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
184<br />
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
185<br />
Detengámonos en lo p<strong>la</strong>nteado anteriormente por Carpentier acerca <strong>de</strong>l<br />
cinquillo como basamento <strong>de</strong>l merengue haitiano. Nadie sabe cómo sonaban<br />
los merengues originales caribeños cuando surgieron en el siglo XIX; por tanto,<br />
no hay certeza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semejanzas o diferencias que pudiera o no haber<br />
entre <strong>la</strong> meringue <strong>de</strong> Haití y el merengue nuestro. Pero <strong>la</strong> antigüedad atribuida<br />
al cocoyé por los investigadores cubanos y su importancia como música<br />
introductora y difusora <strong>de</strong>l cinquillo, llevan a tomar en cuenta una posible<br />
influencia musical haitiana sobre el primitivo merengue dominicano y a conjeturar<br />
que dicha influencia pudo, quizás, materializarse por dos vías:<br />
1) <strong>El</strong> trasiego <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vos que hubo <strong>de</strong> Saint Domingue a Santo Domingo<br />
en <strong>la</strong> época colonial.<br />
2) La Ocupación Haitiana, época en <strong>la</strong> que continuaron <strong>la</strong>s fiestas en nuestro<br />
territorio y en <strong>la</strong> que, a pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong> oposición interna dominicana hacia los<br />
invasores, se pudieron infiltrar los rítmicos cinquillos <strong>de</strong>l cocoyé con el estilo<br />
contradanzado criollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> tumba, y <strong>de</strong> ésta, pasarse al merengue.<br />
No obstante, si realmente hubo tal influencia, ésta <strong>de</strong>bió ser absorbida por<br />
los ritmos españoles que, ya criollizados en Santo Domingo, reflejaron en el<br />
posterior merengue un <strong>de</strong>sarrollo más regu<strong>la</strong>rizado y lineal en su esquema<br />
rítmico (el archiconocido TÁN-ta ran-tan tan-tan tácataca TÁN…), en el<br />
que, <strong>de</strong>finitivamente, no hay cinquillo ni tresillo elástico.<br />
En <strong>la</strong> base rítmica <strong>de</strong> lo que llegó a establecerse y conocerse como merengue<br />
dominicano, el cinquillo sólo llega a ser parcial y ocasionalmente<br />
prepon<strong>de</strong>rante en: fragmentos <strong>de</strong> una modalidad cuya línea rítmica es enteramente<br />
sincopada, el juangomero o pambiche; <strong>la</strong> parte final, l<strong>la</strong>mada jaleo<br />
–don<strong>de</strong> no siempre aparece–. En cuanto a <strong>la</strong> melodía <strong>de</strong>l merengue, suce<strong>de</strong><br />
igual y para ejecutar<strong>la</strong> con sabrosura, juega un papel trascen<strong>de</strong>nte el «olfato»<br />
<strong>de</strong>l músico popu<strong>la</strong>r, que pue<strong>de</strong> tocar cinquillos cuando quizás, ni siquiera<br />
figuran en <strong>la</strong> partitura.<br />
Es posible que, a estas alturas, el lector que no es músico se sienta un<br />
poco abrumado con el tema, porque si no cuenta con <strong>la</strong>s herramientas técnicas<br />
requeridas para reconocer visualmente un cinquillo, ¿cómo po<strong>de</strong>rlo<br />
i<strong>de</strong>ntificar auditivamente Es muy fácil; cántense los siguientes ejemplos <strong>de</strong><br />
estos dos merengues «clásicos» observando que <strong>la</strong>s cinco sí<strong>la</strong>bas seña<strong>la</strong>das en<br />
cada frase, conforman cinquillos:<br />
LUIS ALBERTI: COMPADRE PEDRO JUAN: Compadre Pedro Juan baile el<br />
jaleo, / Compadre Pedro Juan que está sabroso; / Aquel<strong>la</strong> niña <strong>de</strong> los ojos<br />
negros que tiene el cuerpo flexible, / báile<strong>la</strong> <strong>de</strong> empalizá. / Compadre Pedro<br />
Juan no pierda el tiempo, / Compadre Pedro Juan saque su dama; / Se acabará<br />
el merengue y si no anda con cuidado se quedará como / perico: Atrapao. 114<br />
JULIO ALBERTO HERNÁNDEZ–DEDÉ–: Dice Desi<strong>de</strong>rio Arias que lo <strong>de</strong>jen<br />
trabajar / porque si él coje el machete ni Dios sabe lo que habrá / Las armas<br />
que él hoy maneja son <strong>la</strong>s armas <strong>de</strong> sembrar / Y él es en agricultura nuestro<br />
primer General.<br />
(Jaleo) Ay que General / con tanto valor / a nadie hizo mal / a nadie mató / Ay<br />
qué General / con tanto valor / Le gusta <strong>la</strong> paz / pero con honor. 115 –Este jaleo más<br />
o menos suena «acenquil<strong>la</strong>do», pero no tiene cinquillos puros–.<br />
<strong>El</strong> musicólogo Helio Orovio p<strong>la</strong>ntea en su Diccionario <strong>de</strong> <strong>la</strong> música cubana<br />
que el cinquillo cubano es realmente (p. 108): «…un grupo <strong>de</strong> notas sincopadas<br />
que forman un ritmo regu<strong>la</strong>r.» Tal <strong>de</strong>finición procura un margen <strong>de</strong> e<strong>la</strong>sticidad<br />
mayor para todo lo que pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado cinquillo en el Caribe y,<br />
al mismo tiempo, reve<strong>la</strong> su característica primordial: <strong>la</strong> síncopa. Esta pertinente<br />
<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Orovio, que evi<strong>de</strong>ncia en pa<strong>la</strong>bras <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción entre sincopa<br />
y cinquillo, reconfirma lo antes expuesto: el uso <strong>de</strong>l cinquillo no es imprescindible<br />
para que el merengue dominicano sea merengue.