El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro

GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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Antonio Da Costa Peixoto y Liçoes de gramática de kiMbundu (portugués e banto).
Yo no sé si los autores recogieron o no el término; pero los autores consultados
sí conocen la palabra merengue en Portugal: del francés, por el dulce (meringue).
Pero yo no he encontrado la palabra merengue en ningún diccionario,
como palabra africana. ¿Quién puede afirmar que la palabra merengue es africana
William Megenney tampoco la recoge, y él hace ese diccionario de términos
congo; su libro –fundamental– se llama África en Santo Domingo: su herencia
lingüística. Nadie ha podido presentar merengue como voz africana.»
Vocablos africanos parecidos: «Hay palabras cercanas, como son: el mouringue,
la maringa, la maringá. En Brasil se conoce el término como el dulce de
huevo y como la música del Caribe; pero fíjate que allí, la palabra moringa sí
aparece en un diccionario de la esclavitud y se refiere a una ‘vasija de agua’; y
esa misma palabra aparece en Cuba como sinónimo de ‘fantasma’, pero Fernando
Ortiz la considera castiza. Con relación a merengue y a voces africanas,
repito, las hay parecidas. Me he juntado con angolanos, con los de Cabo
Verde –compañeros de estudios en Brasil–, que eran antiguas colonias portuguesas,
y ellos nunca me dijeron que allá había merengue, palabra– música;
había música-danza parecida y lo bailaban parecido a nosotros. Pero nunca
reconocieron el merengue como propio de África.»
Merengue colombiano: «En Colombia hay autores que mencionan los muserengues
como etnia: negros que llegaron predominantemente a la zona de
Santa Marta. Y hay autores que afirman –claro, sin una base lexical– que de
muserengue vino merengue. Éste es el caso de Tomás Gutiérrez Hinojosa en su
obra Cultura vallenata: origen, teorías y pruebas. Pero estos autores están mezclando
dos procesos. Yo pienso que ahí el merengue aparece ya como palabra
francesa que se americaniza.»
Jean Fouchard y Fradique Lizardo: «La tesis de Fouchard es una opinión,
la suya; él no tiene base alguna para afirmar que el merengue-danza provino
de los bara de Madagascar. Él no cita fuentes ni lo demuestra. Esa fue también
la [segunda] tesis de Fradique Lizardo –que menciona también tribus
de Dahomey–. Tampoco lo comprueba. Cuando aparezcan las pruebas, habrá
que aceptarlas.»
La palabra llegó del francés: «La proveniencia francesa, no del español, eso
sí es para mí un indicador importante –que tampoco significa que el merengue-danza
esté relacionado con la cultura francesa o afrofrancesa–. Pero esa
proveniencia es un indicador importante, porque no tenemos otro. Cuando
esto se investiga, quedan más interrogantes abiertas.»
La documentación estudiada, lleva a las siguientes conclusiones sobre el
vocablo merengue:
1) Desconocer su procedencia como africana: no existen pruebas al respecto.
2) Considerar su procedencia del francés.
3) Confirmar su paso del francés a otros idiomas europeos.
4) Su aplicación general, oficializada en un diccionario desde 1739, para
un tipo de dulce hecho con clara de huevo batida y azúcar, de figura aovada.
5) Este dulce recibe el nombre de «suspiro», en República Dominicana.
6) Manuel A. Patín Maceo lo registra en la segunda parte –Americanismos
en el Lenguaje Dominicano– de Obras Lexicográficas (p. 342): «Suspiro.
M. En Venezuela y en las Antillas, merengue, dulce.»
7) En Santo Domingo se desconoce desde cuándo al merengue (dulce) se le
comenzó a llamar «suspiro».
8) Entre los autores dominicanos, Esteban Peña Morell y Flérida de Nolasco
presentaron el nombre de nuestra danza nacional bajo el concepto del dulce.
9) En la literatura puertorriqueña relativa a su danza-merengue es común
encontrar alusiones a la «dulzura» de su nombre.
¿Cómo pasó el vocablo designado para un tipo de pastelería a nombrar una
danza expandida por el Caribe Hasta ahora, no se conoce ningún documento
que lo explique. Cualquier respuesta –el carácter ligero y frívolo de la danza;
el acto de batir las claras de huevo, parangonable con los movimientos de
caderas– cae dentro del campo especulativo.