El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro

GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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para la diversión, sin lugar ni fecha específicas para su ejecución–, tradicionales
en todo el territorio dominicano, emanaron de la cultura europea; ellas
son prueba fehaciente de la libertad con la que se desenvolvió el amo blanco
en la colonia –y luego, el mulato con tales pretensiones– que podía regodearse
y festejar a su antojo. Las danzas rituales –estrechamente aunadas a cultos
y celebraciones religiosas y que sólo se ejecutan en las fechas correspondientes–
se presentan exclusivamente dentro de aquéllas de procedencia negra;
más que como simples bailes hay que señalarlas como experiencias que integrando
danzas, rezos, cánticos y ceremonias, han sido guardianas de las religiosidad
cultural africana, que en América a su vez, se propagaron y mantuvieron
como manifestaciones transformadas o sincréticas.
Al analizar Lizardo lo que denomina genéricamente bailes de esclavos, se
remite a las descripciones de la calenda y de la chica hechas por el padre
Labat y Saint-Méry para determinar que su coreografía: «…es casi coincidente
con la de variantes de Los Palos, Los Congos o La Sarandunga actuales…»,
lo que reitera al explicar el origen de Los Palos: «…todas éstas proceden de
danzas africanas, […] traídas directamente por los esclavos de Africa y conservadas
en sus núcleos negros debido a múltiples causas, la segregación social
siendo una de ellas y creo que la más importante.» 78
A lo largo de las décadas, los escritores nativos se han inspirado, en prosa y
en verso, en la música y los bailes nuestros. «No se puede hablar del alma de
un pueblo sin tener en cuenta sus manifestaciones coreográficas. El nuestro
tiene, como todos los de la tierra, sus características maneras de bailar…»,
son las primeras líneas de Los bailes típicos de Ramón Emilio Jiménez. 79 Es ésta
una de las preciadas estampas con las que su autor nos permite rememorar
épocas y experiencias que, en su mayoría, hoy sólo existen en el recuerdo.
Las décimas que Félix María Del Monte acopló en su Nochebuena en San
Miguel (1856), son un espejo de festejos barriales y del gusto que se experimentaba
por las danzas criollas dominicanas, danzas que como el galerón, la
gallumba y el punto y llanto, se extinguieron hace más de cien años:
NOCHEBUENA EN SAN MIGUEL: Allá por la nochebuena / gran muchedumbre
en tropel / al barrio de San Miguel / se encaminaba serena. / Es deli-
TIPOS DE
TAMBORES.
PALOS O
ATABALES.