El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro

GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX
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«1.- Merengue Liniero: Este merengue, al igual que el Pambiche tiene su
origen en la línea noroestana. Es tal vez el más hermoso de todos los merengues.
Se caracteriza por las pocas síncopas que hay en su discurso melódico y
por la forma arqueada de sus frases. El ritmo de la tambora es corrido.
2.- Merengue quebrado: Este merengue gira sobre el famoso cinquillo africano.
Su línea melódica, por lo regular, está construida sobre acorde roto. Se
acompaña al igual que el liniero, con el toque corrido de la tambora.
3.- Merengue de Pregunta y Respuesta: Tiene su origen en los cantos de
trabajos de los campesinos dominicanos. Su forma es antifonal (una voz inicia
el canto mientras un coro contesta a manera de estribillo). Su toque de
tambora es igual al de los otros merengues.
4.- El Pambiche: Sin lugar a dudas, el más raro de todos los merengues
debido a que presenta características en su conjunto [diferentes] a la de los
otros merengues, como es el toque picado de la tambora y el bajo sincopado.
Todos los folcloristas dominicanos afirman que este merengue fue escrito durante
la intervención norteamericana de 1916, para acomodar el paso de los
marinos que trataban de bailar merengue. Nosotros [Miniño y Paulino] siempre
hemos considerado esta teoría totalmente errada debido a que antes de la
intervención norteamericana y sobre todo a finales del siglo pasado, se tocaba
nada más y nada menos que el inconfundible Juangomero, un auténtico Pambiche
en tono menor.»
Fradique Lizardo define ocho variantes –cada una con su modalidad coreográfica–
a partir de los golpes de tambora, de los instrumentos usados, del
carácter y de las distintas regiones en donde se aplican estos elementos: 148
«1) Cibaeño (del Cibao, fértil región al centro norte del país): es de fuerte
sabor campesino y es el más conocido, por lo que se le designa como el
merengue «típico».
2) Liniero: más sobrio, pausado y ceremonioso.
3) Juangomero: (de Juan Gómez, poblado noroestano): aún más lento que
el liniero y con golpes de tambora muy marcados.
4) Pambiche: con repiques de tambora muy parecidos al juangomero, aunque
más lento.
5) Redondo (exclusivo de Samaná, península al noreste): para el que se
coloca la tambora en posición vertical, obteniéndose el doble toque al percutirse
alternadamente una sola mano en el parche superior y en la madera.
6) De Atabales (en uso al sureste, desde el poblado de La Caleta hasta el
Seibo): no lleva instrumentos melódicos y se sustituye la tambora por palos
o atabales.
7) Ocoeño (de San José de Ocoa, ciudad sureña): al que se agregan la maraca
ocoeña y el pandero, y la tambora es sustituida por el balsié.
8) De Balsié (propio del suroeste): en vez de tambora usa balsié; se acompaña
de pandero y guayo; usa acordeón o instrumentos de cuerdas como
agente melódico.»
Lo acentuado por Miniño/Paulino sobre el pambiche-juangomero, amerita
de explicaciones aclaratorias, porque la variante apambichada del merengue
no surgió en 1916, cuando la Intervención Estadounidense –como aseveró
J. M. Coopersmith en su obra Música y músicos de la República Dominicana–:
existía por lo menos desde finales del siglo XIX con el nombre de aire Juangomero.
En este «poner las cosas en su lugar»hay que darle un crédito a Julio
César Paulino y a sus investigaciones, publicadas en distintos diarios capitaleños
desde la década de 1980.
Debido a la extensión de los artículos periodísticos de Paulino, presentamos
un resumen de sus estudios sobre el juangomero y el pambiche, extraído
de una de nuestras entrevistas del 2002: «Los datos de cuándo apareció el
juangomero los he encontrado cuando empecé a trabajar el pambiche. Ya a
partir del año 1944 el investigador norteamericano Coopersmith es que se
inventa que el pambiche se le escribió a los marinos norteamericanos, por la
tela cuyo nombre era ‘palm beach’. Pero ese era el nombre de la tela y por ella
se le puso pambiche. […] Yo me preguntaba: pero ¿cómo con esta resistencia
de un grupo de intelectuales y la resistencia de todo un pueblo, un grupo de