El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
El Merengue: Música y Baile de la República Dominicana - Claro
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
26<br />
GÉNESIS DEL MERENGUE, RAÍCES, TRAYECTORIA Y DIFUSIÓN EN EL SIGLO XIX<br />
27<br />
casándose el cacique o rei <strong>de</strong> <strong>la</strong> provincia, o por otro caso en que el p<strong>la</strong>cer fuese<br />
comúnmente <strong>de</strong> todos, para que hombres e mujeres se mezc<strong>la</strong>sen.»<br />
•La danza era con movimientos sueltos o agarrados <strong>de</strong> manos o brazos, en<br />
hileras o en rondas, con gestos y pasos regu<strong>la</strong>dos y acompasados con el canto:<br />
«E por más exten<strong>de</strong>r su alegría o regocijo, tomábanse <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos algunas<br />
veces, e también otras tratábanse brazo con brazo ensartados, o asidos muchos<br />
en rengles (o en corro así mismo)…»<br />
•Contaban con un solista-jefe a quien l<strong>la</strong>maban tequina –hombre o mujer–,<br />
al que seguían e imitaban en sus pasos y melodías <strong>de</strong> manera organizada<br />
y armónica: «e uno <strong>de</strong> ellos tomaba el oficio <strong>de</strong> guiar (ora fuese hombre o<br />
muger), y aquél daba ciertos pasos a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte e atrás, a manera <strong>de</strong> un contrapás<br />
muy or<strong>de</strong>nado e lo mismo (y en el instante) hacen todos, e así andan en<br />
torno, cantando en aquel tono alto o baxo que <strong>la</strong> guía los entona, e como lo<br />
hace e dice, muy medida e concertada <strong>la</strong> cuenta <strong>de</strong> los pasos con los versos o<br />
pa<strong>la</strong>bras que cantan. Y assí como aquél dice, <strong>la</strong> multitud <strong>de</strong> todos respon<strong>de</strong>n<br />
con los mismos pasos, e pa<strong>la</strong>bras e or<strong>de</strong>n…»<br />
•<strong>El</strong> canto, protagónico, se expresaba preferentemente en estilo responsorial<br />
–alternancia <strong>de</strong> solista y coro–, sin pausas; su duración podía alcanzar <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
pocas horas hasta extensas jornadas: «…e en canto que le respon<strong>de</strong>n, <strong>la</strong> guía<br />
cal<strong>la</strong>, aunque no cesa <strong>de</strong> andar el contrapás, y acabada <strong>la</strong> respuesta, que es repetir<br />
o <strong>de</strong>cir lo mismo que al guiador dixo, proce<strong>de</strong> incontinente sin intervalo <strong>la</strong><br />
guía a otro verso e pa<strong>la</strong>bras, que el corro e todos tornan a repetir; e assí sin cesar,<br />
les tura esto tres o cuatro horas y más, hasta que el maestro o guiador <strong>de</strong> <strong>la</strong> danza<br />
acaba su historia; y a veces les tura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un día hasta otro…»<br />
•Si <strong>la</strong> celebración era en gran<strong>de</strong> bebían continuamente, sin que <strong>de</strong>jaran <strong>de</strong><br />
bai<strong>la</strong>r y cantar. No había fiesta o ceremonia cuyo clímax no fuera un estado <strong>de</strong><br />
embriaguez total, que se terminaba porque no había más nadie que participara:<br />
todos estaban borrachos: «…y en este medio tiempo andan otras personas <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> ellos dándoles a beber un vino que ellos l<strong>la</strong>man chicha […] que muchas veces se<br />
tornan tan beodos, que quedan sin sentido […] tendidos por tierra muchas horas.<br />
Y assí como alguno cae beodo, le apartan <strong>de</strong> <strong>la</strong> dança e prosiguen los <strong>de</strong>más; <strong>de</strong><br />
forma que <strong>la</strong> misma borrachera es <strong>la</strong> que da conclusión al areyto. Esto cuando el<br />
areyto es solemne é fecho en bodas ó mortuorios ó por una batal<strong>la</strong>, ó seña<strong>la</strong>da<br />
victoria é fiesta…»Aunque no siempre el festejo tenía una connotación tan arrasadora:<br />
«…porque otros areytos hacen muy a menudo, sin se emborrachar…»<br />
Por el resto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s crónicas <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Oviedo se percibe que el areíto,<br />
eminentemente vocal, podía acompañarse con un tambor <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra ahuecada<br />
que percutían con un palo y con maracas.<br />
Aunque parece que los cronistas no lo comprendieron con mucha c<strong>la</strong>ridad,<br />
vale <strong>de</strong>cir que esos «jumos» indígenas no eran simples productos <strong>de</strong>l can o <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
chercha, sino como asevera el antropólogo Fernando Ortiz, constituyeron «una<br />
exigencia <strong>de</strong>l rito en función religiosa». 5 En el areíto ceremonial taíno, grupos<br />
masivos <strong>de</strong> cantores y danzantes buscaban estados alterados, perseguían <strong>la</strong> generación<br />
<strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> frenesí <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n místico o mágico inducido por<br />
horas <strong>de</strong> vocalizaciones isócronas entre solista y coro, movimientos corporales<br />
mesurados y organizados, ingestión <strong>de</strong> bebidas fermentadas y <strong>la</strong> inha<strong>la</strong>ción <strong>de</strong><br />
penetrantes aromas <strong>de</strong> diferentes hierbas sahumadas.<br />
Otro testimonio –aunque <strong>de</strong> manera indirecta– es <strong>de</strong>l sacerdote francés Pierre<br />
François Xavier <strong>de</strong> Charveloix a través <strong>de</strong> su Historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Españo<strong>la</strong> o <strong>de</strong><br />
Santo Domingo: «…Después <strong>de</strong> haberse divertido bai<strong>la</strong>ndo, durante una parte<br />
<strong>de</strong>l día, no sabían qué hacer, y se dormían [...] no tenían escritura, ni nada que<br />
supliese a tal carencia, como no fuesen <strong>la</strong>s canciones […] Volviendo a sus canciones,<br />
únicos anales que poseían o que ocupaban el lugar <strong>de</strong> tales, según ya lo<br />
he indicado; se <strong>la</strong>s acompañaba siempre con danzas en circulo, don<strong>de</strong> el que<br />
guiaba <strong>la</strong> banda, comenzaba solo, y todos los otros repetían <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> él. También<br />
arreg<strong>la</strong>ba los pasos, bai<strong>la</strong>ndo el primero: principiaba dando algunos hacia<br />
<strong>de</strong><strong>la</strong>nte; luego daba otros hacia atrás y toda <strong>la</strong> cuadril<strong>la</strong> le seguía. A veces los<br />
hombres danzaban solos por un <strong>la</strong>do, y <strong>la</strong>s mujeres por otro, y cuando estaban<br />
juntos, era indistintamente un hombre o una mujer quien comenzaba. En <strong>la</strong>s<br />
fiestas públicas y en circunstancias importantes se cantaba y bai<strong>la</strong>ba al sonido