INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile
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Debe suprimirse el ejército permanente ... 421 De estos planteamientos, sólo tuvo acogida en la<br />
Constitución <strong>de</strong> 1925 la separación <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong>l Estado.<br />
El retorno <strong>de</strong> Alessandri y las masacres <strong>de</strong> Marusia y La Coruña.<br />
En la fase final <strong>de</strong> su gobierno, Alessandri, que retornó al po<strong>de</strong>r el 20 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1925,<br />
hizo aprobar una nueva Constitución mediante un llamado a Plebiscito, en el que votaron 134.421<br />
ciudadanos el 30 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1925. Promulgada el 18 <strong>de</strong> septiembre, esta Constitución reforzó el<br />
sistema presi<strong>de</strong>ncialista, eliminando ciertas prerrogativas <strong>de</strong>l Parlamento. Alessandri logró también<br />
que se aprobara el impuesto a la renta y la creación <strong>de</strong>l Banco Central, iniciando la fase<br />
intervencionista <strong>de</strong>l Estado en la economía <strong>de</strong>l país. Poco antes <strong>de</strong> terminar su gestión, el gobierno<br />
consumó dos masacres: la <strong>de</strong> Marusia y la Coruña. Los trabajadores iniciaron en marzo <strong>de</strong> 1925<br />
una movilización para que se agilizara un Pliego <strong>de</strong> Peticiones que habían presentado a la<br />
Compañía, dueña <strong>de</strong> la Oficina Salitrera "Marusia", situada a pocos kilómetros <strong>de</strong> la zona<br />
precordillerana. Mientras los ejecutivos <strong>de</strong> la empresa tramitaban lentamente las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los<br />
trabajadores fue hallado muerto en plena pampa un ingeniero <strong>de</strong> origen inglés, que acostumbraba a<br />
azotar a los obreros con su fusta <strong>de</strong> domador. El acusado -un ingeniero boliviano- fue asesinado por<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los dueños <strong>de</strong> la salitrera. El Sindicato, presidido por el <strong>de</strong>mócrata Domingo Soto, propuso<br />
varias medidas para evitar una nueva masacre, ya que estaba vivo el recuerdo <strong>de</strong> la matanza <strong>de</strong> San<br />
Gregorio. Algunos obreros, recogiendo esta experiencia llegaron a proponer dinamitar las vías <strong>de</strong>l<br />
Ferrocarril que llevaba el salitre al puerto y movilizarse para obtener el apoyo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong><br />
oficinas salitreras, especialmente las más cercanas, y <strong>de</strong> los portuarios, estibadores y ferroviarios.<br />
Cuarenta soldados se pusieron en marcha al mando <strong>de</strong>l Capitán Gilberto Troncoso, apodado "la<br />
hiena <strong>de</strong> San Gregorio". Las mujeres <strong>de</strong> los trabajadores se reunieron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los "pilones",<br />
lugar don<strong>de</strong> lavaban la ropa, entre ellas Selva Saavedra, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> Rosario Ortíz "la Monche",<br />
que en la Revolución <strong>de</strong> 1859 había sido redactora <strong>de</strong> "El Amigo <strong>de</strong>l Pueblo" y se había batido<br />
contra el Ejército <strong>de</strong>l gobierno autoritario <strong>de</strong> Manuel Montt.<br />
Los paros <strong>de</strong> advertencia fueron contestados con metralla. Un grupo <strong>de</strong> obreros enfrentó la<br />
ocupación <strong>de</strong>l Campamento a dinamitazos que provocaron la muerte <strong>de</strong> varios militares, logrando<br />
apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> sus armas. A tiros avanzaron hacia el polvorín <strong>de</strong> la salitrera, mientras cortaban las<br />
líneas <strong>de</strong>l telégrafo y teléfono. El piquete <strong>de</strong> Troncoso se vio obligado a <strong>de</strong>socupar el Campamento.<br />
Los mineros aceleraron entonces la auto<strong>de</strong>fensa convocando a Asambleas que llegaron a reunir<br />
2.400 personas, entre obreros y familiares. Allí el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Sindicato planteó la necesidad <strong>de</strong><br />
entregar las armas y el reinicio <strong>de</strong>l diálogo con la Compañía. Otros, propusieron exten<strong>de</strong>r el<br />
movimiento a otros Cantones y minar las vías <strong>de</strong> acceso al puerto <strong>de</strong> Iquique. Unos pocos, con un<br />
claro criterio político- militar, señalaron que la mejor salida era retirarse en masa hacia la<br />
precordillera, insurreccionando a los poblados <strong>de</strong> la región puneña. En <strong>de</strong>finitiva, triunfó la moción<br />
<strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Sindicato, tendiente a solicitar la mediación <strong>de</strong>l párroco. Mientras el cura<br />
negociaba con los ejecutivos <strong>de</strong> la Compañía, las ametralladoras <strong>de</strong>l reforzado regimiento<br />
tabletearon su lenguaje <strong>de</strong> muerte. Cayeron cientos <strong>de</strong> obreros con sus esposas e hijos. Otros<br />
huyeron. "Años <strong>de</strong>spués -comenta Patricio Manns- un obrero sobreviviente narró el horror a los<br />
cineastas alemanes Heynowsky y Heinemann" 422 . La masacre <strong>de</strong> Marusia fue cometida por 300<br />
soldados, dirigidos por el coronel alemán Pedro Schultz, educado en la escuela <strong>de</strong>l general Emilio<br />
Körner. Un grupo <strong>de</strong> obreros cobró venganza, haciendo explotar paquetes <strong>de</strong> dinamita, con un<br />
saldo <strong>de</strong> 36 militares muertos y 64 heridos en medio <strong>de</strong> la noche pampina. Fue una <strong>de</strong> las primeras<br />
ocasiones que "los trabajadores opusieron la fuerza a los masacradores y se <strong>de</strong>fendieron con las armas<br />
en la mano" 423 .<br />
Dos meses <strong>de</strong>spués, el 3 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1925, el gobierno <strong>de</strong> Alessandri se <strong>de</strong>spidió con otra<br />
masacre en La Coruña. Los trabajadores estaban en huelga porque los empresarios no cumplían los<br />
convenios firmados, ni querían abolir el sistema <strong>de</strong> "ficha-salarios" y los "vales" y menos las 8<br />
horas <strong>de</strong> trabajo. Ciento treinta oficinas se plegaron a la huelga. Los obreros, dirigidos por Carlos<br />
Garrido, secretario <strong>de</strong>l Sindicato, acordaron en asamblea ocupar la oficina "San Gregorio", creando<br />
comités que organizaron la vida <strong>de</strong>l Cantón.<br />
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