INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile
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vez abolido el régimen capitalista. La Declaración <strong>de</strong> Principios <strong>de</strong> la FOCH <strong>de</strong> 1919 sintetizó una<br />
etapa clasista y revolucionaria <strong>de</strong>l movimiento obrero chileno.<br />
Clausurada la Convención, Recabarren redactó un artículo en el que sostenía: "La labor más<br />
importante ha sido la confección <strong>de</strong> la Declaración <strong>de</strong> Principios <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración, que le da un<br />
carácter perfecto <strong>de</strong> clase, pues la organización obrera se ha dado cuenta que necesita tener como<br />
meta las socialización <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> producción y <strong>de</strong> cambio ya que <strong>de</strong> otra manera la acción por<br />
el mejoramiento <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida resultarán una lucha eterna y estéril" 141 .<br />
La transformación <strong>de</strong> la FOCH en un órgano clasista se dio en un contexto <strong>de</strong> ascenso<br />
general <strong>de</strong>l movimiento obrero chileno, influenciado por el triunfo <strong>de</strong> la Revolución Rusa y el<br />
proceso <strong>de</strong> la Revolución Mexicana, cuya repercusión sobre la vanguardia obrera latinoamericana<br />
no ha sido aún <strong>de</strong>bidamente valorizada.<br />
Periodización <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l movimiento obrero<br />
Varios autores han intentado dividir la historia <strong>de</strong>l movimiento obrero en varias fases. Jorge<br />
Barría opta por <strong>de</strong>nominar "etapa heroica" al primer período <strong>de</strong> organización proletaria. Por su<br />
parte, Humberto Valenzuela prefiere señalar dos fases: una, sindicalismo libre, que termina con el<br />
Código <strong>de</strong>l Trabajo en 1925, y otra, <strong>de</strong> sindicalismo legal, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta fecha hasta la dictadura militar<br />
pinochetista, clasificación que compartimos en gran medida.<br />
A nuestro juicio, no hay que confundir la existencia <strong>de</strong> la clase trabajadora, tal como se da,<br />
con su grado <strong>de</strong> organización. Cuando se analiza la historia <strong>de</strong>l movimiento obrero como la <strong>de</strong><br />
cualquier otro movimiento nunca hay que confundirlo con la historia <strong>de</strong> sus organizaciones.<br />
Basados en este criterio teórico-metodológico, estimamos que pue<strong>de</strong>n fijarse la siguientes<br />
etapas en la historia <strong>de</strong>l movimiento obrero, hasta 1930, que completaremos con otras hasta 1990 en<br />
los próximos dos tomos.<br />
1.De gestación y estructuración <strong>de</strong> la clase trabajadora, que se inicia en el siglo XVII, con<br />
las primeras explotaciones mineras, y se <strong>de</strong>sarrolla hasta fines <strong>de</strong>l siglo XIX, sin organizaciones<br />
<strong>de</strong>finidamente clasistas, aunque núcleos <strong>de</strong>l proletariado hacen sus primeros aprendizajes orgánicos<br />
en 1as socieda<strong>de</strong>s mutuales como antesala <strong>de</strong>l sindicalismo, fase que hemos analizado en el tomo<br />
IV.<br />
2.De ascenso, autonomía e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> clase, <strong>de</strong> 1890 a 1925, y <strong>de</strong> consolidación <strong>de</strong>l<br />
proletariado minero, rural, portuario, ferroviario y <strong>de</strong> los primeros segmentos <strong>de</strong>l proletariado<br />
industrial y capas medias asalariadas, proceso que se combina dialécticamente con los inicios <strong>de</strong><br />
una organización que entre 1900 y 1920 adquiere una autonomía y una in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> clase<br />
inédita en toda la historia <strong>de</strong>l movimiento obrero chileno. Los trabajadores llevaban a<strong>de</strong>lante sus<br />
luchas sin importarles que el Estado las catalogara <strong>de</strong> ilegales o subversivas. Para ellos, eran<br />
huelgas simplemente, sin apellido. Más aún, acostumbrados a las represiones sangrientas <strong>de</strong> los<br />
enemigos <strong>de</strong> clase, buscaron métodos <strong>de</strong> lucha clan<strong>de</strong>stina, que se irán diluyendo a medida que los<br />
sindicatos se institucionalizan. Las Socieda<strong>de</strong>s en Resistencia y las Mancomunales no eran<br />
estrictamente sindicatos, tal como los conocemos ahora, pero actuaron como tales, si por<br />
sindicalismo se entien<strong>de</strong> organización <strong>de</strong> trabajadores.<br />
Otra <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> esta etapa es la solidaridad, el apoyo mutuo entre las<br />
Socieda<strong>de</strong>s en Resistencia y las Mancomunales, sobre todo cuando estaban en huelga. Es notorio el<br />
avance en cuanto a coordinación nacional, sectorial, territorial y por gremio en los procesos<br />
huelguísticos. Y sobre todo es evi<strong>de</strong>nte la ausencia <strong>de</strong> aparatos burocráticos: los dirigentes eran<br />
elegidos por las bases y tenían un carácter rotativo. Finalmente, cabe poner <strong>de</strong> relieve que <strong>de</strong> esta<br />
práctica social surgió un li<strong>de</strong>razgo, que nunca se <strong>de</strong>spegó <strong>de</strong> su base social y supo aplicar<br />
creadoramente a la realidad chilena los fundamentos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>l cambio social, sea marxista o<br />
anarquista. Esta praxis que no sólo es una categoría que expresa la práctica sino también la teoría,<br />
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