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imagen - Ayuntamiento de Alba de Tormes

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dicho anteriormente. Seguramente, a primeravista, son dos circunstancias meramente funcionalesque no merecen tanta atención, pero dadoel carácter evocativo que tiene la <strong>imagen</strong> procesionaly el dato <strong>de</strong> que a lo largo <strong>de</strong>l año la <strong>imagen</strong>teresiana, excepto los días <strong>de</strong>l novenario, seconserva en clausura y no está expuesta a la contemplación<strong>de</strong> todos, por esa razón el hecho normal<strong>de</strong> salir <strong>de</strong> clausura para las fiestas y volvera entrar al final <strong>de</strong> la mismas, con el tiempo, se haido cargando <strong>de</strong> emotividad y llenando <strong>de</strong> recuerdossentimentales, difíciles <strong>de</strong> explicar e interpretar.Lo que es cierto es que en las últimas décadasestos dos actos, simples en su realización práctica,van adquiriendo mucha más importancia,hasta el punto <strong>de</strong> tener un gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> convocatoriay gozar <strong>de</strong> una presencia masiva <strong>de</strong>l pueblo.El escenario a<strong>de</strong>más se llena <strong>de</strong> sentido,porque la Plaza <strong>de</strong> Santa Teresa (o Plaza <strong>de</strong> lasMadres), sin duda, el lugar artístico más importante<strong>de</strong> la villa, se convierte en ese tiempo en ellugar <strong>de</strong>l encuentro <strong>de</strong> la Santa con el pueblo fiel.Ya el poeta local Álamo Salazar calificaba a la llamadaPlaza <strong>de</strong> las “Madres” <strong>de</strong> “centro espiritualy emocional <strong>de</strong> la Villa entera” 81 . Es la cita anualque marca el sentimiento <strong>de</strong> la gracia y la suerte <strong>de</strong>po<strong>de</strong>r estar allí para contemplar <strong>de</strong> nuevo y aclamara la Patrona, como también <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo y añoranza<strong>de</strong> volverla a ver <strong>de</strong> nuevo en el año siguiente.Todo esto, naturalmente, acompañado <strong>de</strong> algunalágrima furtiva y <strong>de</strong> una emoción intensa. En pocosactos como éste se da tal po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> convocatoria y<strong>de</strong> unidad <strong>de</strong> corazones. Todos coinci<strong>de</strong>n en la importanciaque ha ido adquiriendo con los años esteencuentro masivo. Juzgamos que es <strong>de</strong>bido a quese produce un acercamiento inmediato, intuitivo,genuino, don<strong>de</strong> manda el corazón, sin otras mediacionesni gestos más rebuscados entre la Santay el pueblo. Momento particular que, con la intervención<strong>de</strong> la banda <strong>de</strong> música, se carga <strong>de</strong> emociónal escuchar las notas <strong>de</strong>l himno litúrgicoteresiano “Regis Superni nuntia” o <strong>de</strong>l himno nacional<strong>de</strong> España. A ello contribuyen también losgestos y movimientos <strong>de</strong> alzada y bajada <strong>de</strong> la <strong>imagen</strong>antes <strong>de</strong> penetrar la clausura conventual, ejecutadospor los an<strong>de</strong>ros o encargados. Con la particularidad<strong>de</strong> que, a menudo, coinci<strong>de</strong>n en laconvocatoria y en estos sentimientos creyentes y nocreyentes, practicantes y menos practicantes,puesto que la <strong>imagen</strong> <strong>de</strong> la Santa en estos momentosse erige en el signo máximo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidadlocal. El poeta antes citado ya realizó hace tiemposu valoración <strong>de</strong> este momento mágico:“Pocas plazuelas como esta <strong>de</strong> Santa Teresa, que máseleven y aquieten el espíritu; hasta el bullicio y estruendo–que no encajan en marco <strong>de</strong> plazuela- <strong>de</strong>jan aquí quesueñe y vibre el corazón en un fervor y un fuego apoteósicosinsospechados: ¡14 <strong>de</strong> octubre! , la Santa está saliendo<strong>de</strong> su clausura, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> doce meses…; un gritoin<strong>de</strong>finido y jubiloso se fragua en la plazuela y estremecela Villa toda; ¡tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 22, día <strong>de</strong> “la Octava”!, un gemidoamplio, rotundo, profundamente sentido, se rasgafrente al templo teresiano y una explosión <strong>de</strong> amor afloraen cánticos y vítores <strong>de</strong> entusiasmo incontenido e impresionante…;es que la Santa vuelve a su clausura.¡Cuánta miel emocional empapa las viejas piedras <strong>de</strong>la Plazuela <strong>de</strong> Santa Teresa…!” 82El repaso efectuado por los años <strong>de</strong>l siglo XXnos hace constatar que, siguiendo en la línea <strong>de</strong> latradición, el ciclo albense <strong>de</strong> las fiestas teresianas<strong>de</strong> octubre se ha enriquecido y hasta complicado,pero siempre en la dirección <strong>de</strong> dar unamayor cabida, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo religioso, a lo lúdicoy a una mejor y más efectiva participación popular.Esto quiere <strong>de</strong>cir que –en consecuencia- tienenahora, dada la complejidad <strong>de</strong> los actos a organizar,un soporte económico mucho más fuerte queen siglos anteriores; también que suponen una capacidad<strong>de</strong> organización mucho más amplia, yaque se trata <strong>de</strong> un capítulo importante <strong>de</strong> la vidamunicipal.Todo confluye para realizar un programa<strong>de</strong> festejos más articulado, pensado no sólo paralos vecinos <strong>de</strong> <strong>Alba</strong>, sino también para los <strong>de</strong> loslugares limítrofes y los visitantes <strong>de</strong>l sepulcro teresianoy <strong>de</strong> la villa durante esos días. De hecho,81 Senda emocional <strong>de</strong> <strong>Alba</strong> <strong>de</strong> <strong>Tormes</strong> (Palencia 1952) pp. 48 y 53.82 Ibid., p. 54.página 186

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