Seguridad del Paciente Charles Vincent y René Amalberti
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Nuevos retos para la seguridad <strong>del</strong> paciente<br />
normativas, las entidades colaboradoras y los profesionales (Werner y<br />
Asch 2005). Junto con estos beneficios de la información pública, sin<br />
embargo, existen también riesgos que incluyen una posible pérdida de<br />
confianza ya sea en instituciones particulares o en la asistencia sanitaria<br />
en general. El desarrollo de instrumentos óptimos para la recopilación<br />
de datos y la garantía de la calidad adecuada de los centros implicados<br />
son importantes retos (Resnic y Welt 2009). Aunque se están realizando<br />
considerables esfuerzos para evaluar la seguridad de una forma científica<br />
que permita la comparación entre los hospitales y otras instalaciones, las<br />
opiniones expresadas en las redes sociales podrían tener un papel mucho<br />
más determinante en la reputación de un hospital.<br />
La carga de la asistencia sanitaria: impacto<br />
en los pacientes y los cuidadores<br />
Por último, existe un riesgo considerable, según la atención se traslada<br />
al ámbito extrahospitalario, de que los pacientes y sus cuidadores tengan<br />
que asumir más exigencias. Estas exigencias son bastante difusas y de gran<br />
alcance al tiempo que surgen nuevas tecnologías adecuadas para su uso<br />
en el domicilio. Los pacientes cada vez tendrán que colaborar en mayor<br />
medida con el hospital y otros miembros <strong>del</strong> personal para gestionar y<br />
coordinar su atención.<br />
Si bien asumir la responsabilidad de la asistencia personalmente es muy<br />
importante para las personas razonablemente sanas (Roland y Paddison<br />
2013), cuando una persona es frágil y sufre numerosos problemas esto es<br />
cada vez menos realista. La carga de organizar la atención es mayor para<br />
los pacientes ancianos, con menos educación o de entornos menos acomodados<br />
o que tienen también problemas mentales. Las nuevas tecnologías<br />
no solucionarán los problemas relacionados con los conocimientos<br />
generales sobre salud, que seguramente no mejorarán demasiado en el<br />
futuro próximo. Si las personas van a recibir asistencia en su domicilio,<br />
los pacientes y los cuidadores necesitarán un apoyo mucho más integral<br />
e indicaciones sobre las características de la enfermedad, los tratamientos<br />
que se tienen que aplicar y, lo más importante, sobre la detección y la<br />
respuesta al deterioro.<br />
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