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---------------------- Urton: Historia de un mito
( Relación de la Descendencia . .. 197 4: 23-24 ).
La segunda versión del mito, atribuida específicamente a los dos khipukamayuq
de Pacariqtambo, Callapiña y Supno, dice que Manqo Qhapaq
fue hijo de un kuraka de Pacariqtambo. El niño creció solo con su padre por
haber fallecido su madre cuando aún era un bebé. Su padre traviesamente le
puso el apodo de "hijo del Sol". Cuando tenía diez o doce años su padre murió.
El niño y la "gente bruta" del pueblo se quedaron convencidos de que él
~ra el hijo del Sol. Ahora bien, en su familia habían dos viejos que eran los
sacerdotes de los ídolos de su padre. Estos siguieron promoviendo la patraña
de su condición divina. Al cumplir Manqo Qhapaq los 18 ó 20 años, los dos
viejos sacerdotes lo convencieron de que en verdad era hijo del Sol y le fomentaron
la creencia de que él y sus descendientes eran los señores naturales
de la tierra. Animado por estas pretensiones, Manqo Qhapaq salió de Pacariqtambo
con su familia, los dos sacerdotes y el ídolo llamado Wanakauri
para exigir su legítimo lugar como señor del valle del Cusca (Relación de la
Descendencia ... 1974: 24-29).
Como ha mostrado Pierre Duviols, el ímpetu global de la crónica de
los khipukamayuqs concierne a unas pretensiones al título de Inca presentadas
al iniciarse el siglo XVII por don Melchor Carlos Inka, nieto de Paullu
Inka. Paullu fue hijo de Wayna Qhapaq en una esposa secundaria, una princesa
de alto rango perteneciente a la nobleza provincial. Sus descendientes estuvieron
entre aquellos que se disputaron la sucesión al trono de los incas después
de muertos Atawallpa y Waskar (Duviols 1979a: 586-587). Esto no quiere
decir, sin embargo, que el material proporcionado por el testimonio de los
cuatro khipukamayuqs sea fraudulento. Antes bien, la información contenida
en las secciones de la crónica que recogen su testimonio probablemente sí
provenga de extractos tomados de la averiguación efectuada por Vaca de
Castro en 1542 (Duviols 1979a: 588-589 y Porras Barrenechea 1986: 748).
Estos extractos fueron usados por don Melchor para realzar la credibilidad de
sus pretensiones al trono incaico, con sus referencias a los khipukamayuqs de
Pacariqtambo y la información detallada de la dinastía y las costumbres de
los incas que proporcionan.
Aunque los materiales de los extractos de 1542 en la crónica de los
khipukamayuqs no concretizan directamente el lugar de origen, o al menos
no en el sentido de dar nombres reales dentro de la zona hoy en día conocida
como Pacariqtambo, lo que sí hacen es introducir su nombre en el registro
escrito como el lugar de donde era originario Manqo Qhapaq, identificando
al primer inca como miembro de un linaje de caciques principales de por ahí.
Además, la crónica establece el hecho que en 1542 un miembro de la familia
Callapiña, de Pacariqtambo, era reconocido como una autoridad en la historia
de los supuestos hechos que rodearon el ascenso al poder de Manqo. En
la siguiente sección seguiremos la argumentación hecha en 1569 por un cacique
principal de ese lugar apellidado Callapiña, quien sostenía ser él mismo
un descendiente directo de Manqo Qhapaq.
No. 1, Julio 1989 145