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-------~-----------------Urton: Historia de un mito
mente divisoria serie de relaciones entre los
de fuera y los de dentro, los pobladores originales
y los foráneos, y entre el centro y la
periferia.
c) CONSIDERACIONES TEORICAS
Hay varias preguntas de una naturaleza
teórica más general planteadas en algunos
de los comentarios, especialmente en los de
Poole y Sánchez Parga. Dos de los problemas
centrales son : primero, ¿qué transformaciones
tuvieron lugar en la ideología andina
nativa, la "mentalidad" y cultura como
resultado de su encuentro con y la dominación
por una sociedad occidental literata,
agresivamente expansiva? Y, segundo,
¿qué, después de todo, podemos (o debemos
ser capaces de) decir sobre la naturaleza
de, y la relación entre, mito e historia?
Por lo que respecta a la primera pregunta,
Sánchez Parga ha identificado varias
contradicciones y/o transformaciones que
surgieron en la ideología y sociedad andinas
( o a lo que Poole se refiere como "cultura
andina") como una consecuencia de la
experiencia colonial. Destacan entre éstas
los cambios en la base de la organización
sociopolítica en un sentido que va del parentesco
y descendencia a las estructuras de
poder más burocratizadas que llegaron a
predominar en la administración colonial.
¿Cuál (pregunta Sánchez Parga) es la relación,
por ejemplo, entre los cambios en la
naturaleza y fuentes de poder en las sociedades
andinas y las formas de manipulación
de tradiciones mitohistóricas con fines políticos
como los descritos en mi artículo?
Aquí parece que nos encontráramos en el
corazón de la compleja y muy problemática
serie de cuestiones planteadas por Poole
bajo la rúbrica de reproducciones individuales
y colectivas de la "cultura" andina.
Estaría de acuerdo con las observaciones de
Sánchez Parga en cuanto a que sin duda
hubo una estrecha conexión entre los procesos
de apropiación de tradiciones mitohistóricas
como "historia" y las reformulaciones
nativas de jerarquías sociopolíticas
en respuesta a la dominación colonial. Estos
intentos de acomodarse estratégicamente
y de apropiarse de estas nuevas formas
de legitimación y fuentes de poder indican
que los pobladores andinos no eran objetos
pasivos, inertes en estos procesos; eran más
bien participantes activos en la producción
de su propia historia a través de comprometer
a los españoles en todos los niveles de la
organización sociopolítica (es decir, desde
el de descendientes de la nobleza incaica en
el Cusca hasta los diversos terrenos locales
controlados por los "señores étnicos"). Hay
en este punto, entonces, una convergencia
de los comentarios de Sánchez Parga y
Poole con lo expresado en mi artículo. Esto
es resumido por Poole (acertadamente,
a mi parecer) con la observación de que "la
relación del individuo con la cultura andina
fue constantemente retrabajada y reelaborada
según las demandas de coyunturas particulares
y oportunidades históricas".
Aquí, quisiera hacer una calificación con
respecto a una observación relacionada con
mi argumento que hace Poole. Esto es, justo
antes del pasaje arriba citado, Poole dice
que mi perspectiva del objetivo de la etnohistoria
es "resituar al individuo andino como
un agente en la producción de representaciones
históricas" (el subrayado es mío).
Y o agregaría hacia el final de la frase: " .. .
representaciones míticas e históricas". Esta
calificación está bien expresada al final del
primer párrafo del comentario de Bouysse
Cassagne y Saignes, cu ando ellos subrayan
que mi preocupación central en el estudio
no es tanto cómo "los mitos se piensan entre
ellos", sino cómo "los hombres piensan
sus mitos".
Finalmente, retornemos a las preguntas
centrales de este estudio: ¿Qué es mito?
¿Qué es historia? ¿Y dónde dentro de esta
determinación ubicamos a lo que yo me refiero
como "mitohistoria"? En su comentario,
Poole sugiere que mi uso del término
mitohistoria parece ser un neologismo inventado
quizás con el fin de obviar el problema
de tener que hacer una distinción
entre mito e historia; al mismo tiempo,
Poole sugiere que mi uso de este término
me permite evadir el problema central de
quién construye la verdad en la historia. Si
lo que Poole quiere decir con estas dos declaraciones
es que, a fin de abordar la cuestión
de quién construye la verdad en la historia,
debemos ser capaces de encasillar los
textos y declaraciones de los informantes
sea como historia o mito, entonces yo discrepo
con esta posición, por lo menos en lo
No. 1, Julio 1989
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