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importante y productivo que simplemente
tratar de determinar si Pedro Bohórquez
era, en verdad, un fraude. Volveré sobre
estos temas, para una consideración final,
en la tercera sección.
Los comentarios de Bouysse-Cassagne y
Saignes, Duviols, Lorandi y Sánchez Parga
preparan el terreno sobre el cual discutir
otro tema de mi estudio. Esto concierne al
status de los caciques principales de grupos
fuera del Cusco y su papel en la reestructuración
de la sociedad y la estructuración de
la historia a comienzos de la colonia. Parece
que hay una curiosa contradicción en estos
procesos que no noté al momento de escribir
mi artículo. Esto es, ¿cómo podemos
explicar por qué, al mismo tiempo que el
régimen de Toledo atacaba la legitimidad
del gobierno de los Inkas -y, por implicación,
a quienes estaban aliados con los Inkas,
como la antigua clase de caciques principales-,
las élites provincianas, a las que
pertenecía Rodrigo Sutiq Callapiña, trataban
activamente de probar ante la corte española
la nobleza de sus linajes afirmando
conexiones pasadas con los Inkas?
Obviamente, esta es una cuestión muy
complicada para poder abordarla en espacio
tan limitado, pero como una respuesta
provisional yo señalaría dos factores. En
primer Jugar, debemos preguntarnos para el
consumo de quiénes estaban dirigidos los
cargos de tiranía incaica, que eran parte
importante de las motivaciones que estaban
detrás de las interpretaciones de la historia
incaica en las crónicas toledanas. A mi
entender, en tiempo de Toledo no existía
(ni la hubo hasta bien entrada la colonia)
una población significativa de indígenas letrados
que pudieran o quisieran leer y asimilar
los sutiles argumentos que se dirigían
contra los Inkas. Por Jo tanto, es razonable
suponer que la mayoría de nativos que vivieron
durante la época de las investigaciones
y reformas toledanas no eran ni siquiera
concientes de los ataques que en las crónicas
se hacían contra la legitimidad del gobierno
de los Inkas ( tal toma de conciencia
habíase por cierto desarrollado hacia comienzos
del siglo XVII, como lo demuestra
ampliamente la elocuente, y a veces feroz,
defensa que hace Guamán Poma de los gobernantes
Inkas y de los caciques). En suma,
el cargo de tirania contra los Inkas que
hacen los españoles, apuntaba principalmente
a los españoles mismos en relación
con la necesidad que tenían de justificar
para sí mismos la conquista de los Inkas y
la continua dominación que ejercían sobre
los pueblos andinos.
En segundo Jugar, aunque el régimen colonial
español sí montó un ataque en torno
a la legitimidad del gobierno de los Inkas y
Toledo se abocó en efecto a abolir el status
hereditario de los kurakas, las políticas y
procedimientos burocráticos de la administración
colonial permitían, no obstante, la
retención de privilegios ( tales como la exención
del pago del tributo) para los miembros
de la clase de los caciques principales
y para los descendientes de la nobleza incaica.
Así, los caciques actuaban en defensa
de sus propios e inmediatos intereses al buscar
la confirmación de su status noble, y la
administración colonial efectivamente daba
pie a tales acciones.
Por último, quiero responder aquí a las
tan interesantes preguntas y observaciones
que hace Sullivan respecto al posible significado
litúrgico del viaje de los antepasados
desde Tampu T'oqo hasta el Cusco y del
viaje de "regreso" a la cueva de origen hecho
por Pachakuti Inka. Básicamente estaría
de acuerdo con la sugerencia de Sullivan
-formulada en forma de pregunta- de que
los viajes entre Tampu T'oqo y el Cusco
pueden interpretarse como un "guión" litúrgico
para el acto ceremonial de peregrinación
de un nuevo rey hacia el lugar de
orígenes mitohistóricos. Y o sugeriría que
este acto repetitivo no sólo servía como un
escenario para la renovación y el renacimiento
de Ja(s) línea(s) dinástica(s) de los
Inkas en el momento del acceso al trono de
un nuevo rey, sino que servía, asimismo,
para renovar el tiempo mitohistórico. La
peregrinación a Pacariqtambo(que sin duda
seguía una línea de ceque que salía del y
volvía al Cusco; ver los comentarios de
Duviols sobre este punto) habría sido de
crucial significado político tanto porque
reestablecía los vínculos entre el rey vivo
y los antepasados como porque ensayaba
-y resolvía una vez más- en un contexto
público y ceremonial el problema que parece
haber ocupado un Jugar central en toda
estructura y actividad sociopolítica y
ritual incaica: la complicada y potencial-
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Revista Andina, Año 7