Espaces imaginaires - Adehl
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Todos los personajes hablan de la misma manera, y todos expresan<br />
permanentemente el mismo discurso reflexivo y humorístico del<br />
narrador-autor de los prólogos. Aun cuando Macedonio intenta<br />
salir de este modelo, las voces siguen siendo una sola:<br />
Espacio que ocupa un diálogo sin autor, una prosa no autorística, en<br />
que se concede a Quizagenio y Dulce-Persona intenten un merger<br />
viviencial.<br />
—Quizagenio: no me preguntes, Dulce-Persona, qué hay hoy en « La Novela ».<br />
Esta vez no estamos en personaje, vamos a hablar nosotros y para nosotros.<br />
Esta vez somos, no somos personajes; para entenderlo, mira arriba, Dulcepersona,<br />
el rótulo de esta escena.<br />
«Pero ¿estás dormida, Dulce-Persona?<br />
—Estaba, pero te sentí llegar. [...]<br />
—No mires y quédate, así me guardas la conversación y no se la regalas a<br />
Deunamor. Y tampoco mire el lector, ésta y cada vez que me desvisto. Lea,<br />
pero por encima del hombro.<br />
—Es cierto, nos están curioseando (p. 152).<br />
La acotación hace explícita la voluntad de hacer una “prosa<br />
no autorística”, pero Quizagenio y Dulce-Persona siguen siendo<br />
indiferenciables por medio de su voz: su registro lingüístico es<br />
el mismo, así como la sintaxis y los temas que discuten. Incluso<br />
la voz atribuida al personaje del lector es similar a la de los otros<br />
personajes:<br />
—Dulce-Persona: Lector, necesito tu calidez, tu aliento sobre esta página de<br />
desaliento. Inclínate más; es tan triste toda existencia. La Dulce-Persona hoy<br />
está triste.<br />
—Lector: Cómo cambiaría yo mi pesadez terrena por un ser de tu levedad, de<br />
tu palidez. ¿Por qué estás pensativa, Dulce-Persona?<br />
—Porque todo sentir es triste. He tenido un instante de soledad, de heladez.<br />
—¡Valiera la vida para prestar su hálito a un personaje atribulado!<br />
—Pero ya es bastante con que uno a otro nos pensemos (p. 169)<br />
y también a la voz del narrador-autor:<br />
(El Autor, corrigiendo; con mayúscula también «Aire»<br />
antinovela, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1986, p. 110. Desde nuestro punto de<br />
vista no habría polifonía, ya que consideramos que la sola hibridación de géneros o<br />
el cambio de personas gramaticales no implica forzosamente la aparición de voces<br />
realmente distintas y múltiples en el Museo.