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Espaces imaginaires - Adehl

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106<br />

contacto con el lector, pero que prácticamente se habla a sí mismo (escribirpensando)<br />

14 .<br />

Acerca de este punto es importante destacar que el texto de<br />

Macedonio expone una fuerte tensión entre la integración y<br />

participación del lector imaginario, por un lado, y los intensos e<br />

imponentes monólogos reflexivos, metafísicos y teóricos acerca<br />

de la creación de la novela, por otro. Aun cuando la poética<br />

macedoniana es coherente con esta idea de la producción textual y<br />

de una autonomía total del arte, el carácter monológico y la unicidad<br />

de la voz y de la perspectiva no dejan de ser preocupaciones del<br />

autor. Macedonio parece ser consciente de este aspecto de su texto,<br />

aunque permanezca en esa tensión sin resolverla.<br />

En cuanto a La ciudad ausente, la configuración de la voz narrativa<br />

está directamente relacionada con la multiplicidad de relatos que<br />

conforman la estructura de la novela. Las múltiples historias son<br />

contadas por diversos narradores. Sin embargo, existe otra faceta<br />

de las múltiples voces narrativas —que no ha sido ampliamente<br />

estudiada en esta novela—y es que éstas no obedecen sólo a la<br />

aparición de diversos relatos, sino también a cierta inestabilidad de<br />

los narradores. El narrador en el texto de Piglia parece una figura<br />

que varía, se desplaza y no es la misma durante el transcurso de su<br />

propia narración; su identidad y su lugar parecen no estar del todo<br />

determinados.<br />

El caso más extremo de esta indeterminación se da en “La<br />

isla”. El narrador inicia su relato en la primera persona del plural,<br />

como si a través de él se expresara la comunidad utópica de la isla:<br />

“Añoramos un lenguaje más primitivo que el nuestro”, “Cuando<br />

decimos que el lenguaje es inestable[...]” (p. 126). Luego se alude<br />

a la comunidad en una tercera persona, como si el narrador se<br />

hubiese desplazado hacia una perspectiva exterior del relato:<br />

Ese es el sentido del diálogo, que se repite como un chiste privado cada vez<br />

que están por irse, [...] dicen lo que quieren y lo vuelven a decir, pero ni sueñan<br />

que a lo largo de los años han usado cerca de siete lenguas para reírse del<br />

mismo chiste. Así son las cosas en la isla (p. 127).<br />

14 Ana María CamBlong, nota al pie de página « a » en Macedonio fernández,<br />

Museo de la Novela de la Eterna, op. cit., p. 193.

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