Espaces imaginaires - Adehl
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pícaro se queda igual y persiste en él la inquietud más honda, la<br />
imposibilidad de modificar su condición y su ser: “Y fueme peor,<br />
como v.m. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado<br />
quien muda solamente de lugar, y no de vida y de costumbres” 43 .<br />
Pablos escribe su historia desde la sabiduría de haber vivido esta<br />
primera y también su segunda aventura. Ya lo sabe todo; es un<br />
hombre capaz de intentar una nueva lucha contra una inconquistable<br />
fortuna lejos y más lejos, hacia las Indias. El movimiento del pícaro<br />
se resuelve con una rueda histórica, allá donde el tiempo es circular.<br />
De la misma manera, Jorge empieza con un fracaso económico<br />
y amoroso y en aquellas tierras del amor su historia se repite con<br />
otro fracaso, y otro más. En los cuentos, el protagonista de la pluma<br />
de Jorge Ibargüengoitia también se desplaza en busca de su propia<br />
redención personal y sentimental, pero nunca logra cambiar su<br />
vida. El autor relata el movimiento del protagonista: se va a Francia<br />
para el Jamboree de los boy scouts; a Nueva York con una beca, y de<br />
la Gran Manzana huye hacia Calcuta para escapar del desamor. Sin<br />
embargo, nunca resuelve su vida, nunca alcanza un lugar para su<br />
pasión; sus movimientos son acordes con la inercia que lo persigue.<br />
El pícaro muchas veces revela inquietudes y torpezas cuya<br />
raíz estriba en su misma condición. La realidad que lo circunda,<br />
el mundo, parece contribuir a su movimiento incompleto, a aquel<br />
intento de ascenso, imposible desde su condición de pícaro.<br />
Diversos obstáculos impiden su transformación: el pícaro Jorge<br />
no tiene dinero para el taxi, y aunque camina y camina con sus<br />
alpargatas parece que nunca avanza; tampoco tiene dinero para<br />
viajar en avión a Francia, así que se las ingenia para embarcarse<br />
en el Marine Falcon, que en opinión del mismo protagonista, casi<br />
“ni parecía un barco” 44 . Es un movimiento retenido el del pícaro<br />
Jorge, como una verdadera contradicción humana, una añoranza<br />
perennemente frustrada donde mujeres malas y traicioneras, espías<br />
y aprovechadores se cruzan de continuo en su camino y le impiden<br />
avanzar hacia sus anhelos. Podría decirse que, al igual que el pícaro<br />
tradicional, el pícaro Jorge se mueve, pero dentro de un mundo<br />
43 quevedo, op. cit., p. 176.<br />
44 “Falta de espíritu scout”, LLH, p. 139.