Espaces imaginaires - Adehl
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personaje a las producciones de la máquina; es decir, la acción<br />
de Junior se suspende pero para que él pueda volverse “lector” o<br />
“espectador” de las historias de la máquina. Pero lo que ocurre en<br />
los últimos relatos, como “Los nudos blancos” o “La isla”, es que<br />
la función de obstrucción es reemplazada por una estructura de<br />
analogía extrema 9 entre los dos niveles narrativos. Por ejemplo a<br />
través de Elena, el personaje de “Los nudos blancos”, se introduce<br />
la incertidumbre de la identidad de la máquina. En ese momento<br />
del relato, y gracias a este personaje del segundo nivel narrativo, el<br />
sentido literal de la máquina en tanto objeto es desplazado hacia su<br />
función simbólica. Acerca del personaje se dice que<br />
Era una loca que creía ser una mujer policía a la que obligaban a internarse en<br />
una clínica psiquiátrica y era una mujer policía entrenada para fingir que estaba<br />
en una máquina exhibida en la sala de un Museo (p. 71).<br />
Esta indeterminación en el personaje va a permear y afectar<br />
la historia del primer nivel al punto que la lectura global de la<br />
novela puede afirmar que la máquina y Elena —en tanto mujer<br />
policía y esquizofrénica— son simultáneamente elementos del<br />
mismo personaje. Este es un ejemplo de cómo lo descrito en el<br />
segundo nivel —“Los nudos blancos”— afecta el sentido —de la<br />
máquina— en el primer nivel. Por esta razón, en este momento la<br />
historia de Junior no puede avanzar sino en función de lo narrado<br />
en “Los nudos blancos” y en “La isla”: los límites entre un nivel<br />
narrativo y otro se han desfigurado. También por eso la historia de<br />
Junior parece ser absorbida como un relato más de esa máquina,<br />
produciendo el efecto de una instancia narrativa global que nos ha<br />
contado todos los relatos anteriores y aun el suyo propio, La ciudad<br />
ausente.<br />
Nos interesa insistir en que la pérdida de límites entre los dos<br />
niveles narrativos aparece de manera progresiva en la novela. Es<br />
decir, en las partes “El encuentro” y “El Museo” la distinción entre<br />
los relatos es precisa y las historias son más independientes unas de<br />
otras, mientras que en “Pájaros mecánicos” y “La otra orilla” los<br />
niveles narrativos van integrándose y perdiendo delimitación. Esta<br />
característica produce un efecto de indeterminación en cuanto al<br />
9 Cf. Gérard geneTTe, Discours du récit, op. cit.