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EL ZELOSO ESTREMEÑO 181
vuestra voz, sin duda ninguna debéis de cantar muy
bien.,
"No canto mal„, respondió el negro, 'pero no sé tonada
alguna, si no es La Estrella de Venus, y la de Por
un verde prado, y una que se usa ahora en este pue- 5
blo, que dicen: A los hierros de una reja.
"Todas ésas son ayre„, replicó Loaisa; "porque os en-
señaré yo todas las de Abindarráes y Tarifa, y las del
gran Sofí, con las de la Zarabanda a lo divino, que son
cosas que hacen pasmar a los portugueses mismos, y
esto con tanta facilidad y presteza, que aunque os deis
mucha priesa, no habréis comido dos moyos de sai primero
que yo os saque maestro perito y aprobado en la
guitarra.»
A esto suspiró el negro, y dixo: 15
"¿Qué aprovecha todo eso, si yo no sé cómo meteros
en casa?,
"Buen remedio,, dixo Loaisa, "procurad vos tomar
las llaves a vuestro amo, y yo os daré un poco de cera,
y apretad la llave de la puerta entre ella, de modo que 20
queden señaladas las guardas; que yo haré, por la afi-
ción que os he tomado, que un discípulo mío zerragero
la haga de nuevo, y así podremos entrar dentro y en-
señaros de noche..
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