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64 NOVELAS EXEMPLARES
y el Assistente y vicario y prouisor del arzobispo,
y de oyrlas se admiraron y suspendieron, y
quisieron que luego se les dixesse que historia
era aquella, que estrangero aquel, y de que ca-
5 Sarniento tratauan.
A todo lo qual respondió el padre de Ysabela,
diziendo que aquella historia pedia otro
lugar y algún termino para dezirse, y assi su-
plicaua a todos aquellos que quisiessen saberla,
10 diessen la buelta a su casa, pues estaua tan
cerca, que alli se la contarían de modo que con
la verdad quedassen satisfechos, y con la grandeza
y estrañeza de aquel sucesso admirados.
En esto, vno de los presentes algo la voz, di-
15 ziendo: "Señores, este mancebo es vn gran cosario
ingles, que yo le conozco, y es aquel que
aura poco mas de dos años tomó a los cosarios
de Argel la ñaue de Portugal que venia de las
Indias; no ay duda sino que es el, que yo le
20 conozco, porque el me dio libertad y dineros
para venirme a España; y no solo a mi, sino a
otros trezientos cautiuos.„
Con estas razones se alborotó la gente y se
auiuó el desseo que todos tenian de saber y v©*--^
25 la claridad de tan intricadas cosas. Finalmente,
la gente mas principal, con el Assistente y aquellos
dos señores eclesiásticos, boluieron a acompañar
a Ysabela a su casa, dexando a las mon-
jas tristes, confusas y llorando, por lo que per-
30 dian en tener (1) en su compañía a la hermosa
Ysabela, la qual, estando en su casa, en vna
(1) M.: «en no tener». -^
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