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LA ILLUSTRE FREGONA 281
se me de vn aposento para mi y vn compañero
que viene conmigo, que esta alli fuera, que dineros
traemos para pagarlo tan bien (1) como
otro.„
"En buen ora„, respondió el huésped, y bol- 5
uiendose a la moga, dixo: "Costanzica (2), di a
Arguello que lleue a estos galanes al aposento
del rincón, y que les eche sabanas limpias.
"Si haré, señor„, respondió Costanga, que
assi se llamaua la donzella, y haziendo vna 10
reuerencia a su amo, se les quitó (3) delante,
cuya ausencia fue para Auendaño lo que suele
ser al caminante ponerse el sol y sobreuenir la
noche lóbrega y escura.
Con todo esto, salió a dar cuenta a Carriazo 15
de lo que auia visto y de lo que dexaua negociado.
El qual, por mil señales, conoció como
su amigo venia herido de la amorosa pestilen-
cia, pero no le quiso dezir nada por entonces,
hasta ver si lo merecía la causa de quien na- 20
cian las extraordinarias alabangas y grandes
hipérboles con que la belleza de Costanga sobre
los mismos cielos leuantaua (4).
Entraron, en fin, en la posada, y la Arguello,
que era vna muger de hasta quarenta y cinco 25
años, superintendente de las camas y aderego
de los aposentos, los lleuó a vno, que ni era de
caualleros, ni de criados, sino de gente que podía
hazer medio entre los dos estremos.
(1) M : ctambien».
(2) M.: «CostancilU».
(3) M.: cquitó de».
(4) M.: «leuanta».
„