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248 NOVELAS EXEMPLARES
las dos, con sobresaltados pasos, fueron donde
estaua su esposo, rogando entre dientes al cielo
que le hallassen todavía roncando, y quando
le vieron encima de (1) la cama callando, cre-
5 yeron que todavia obraua la vntura, pues dormía,
y con gran regozijo se abracaron la vná a
la otra. Llegóse Leonora a su marido, y assien-
dole de vn brago, le boluio de vn lado a otro,
por ver si despertaua, sin ponerles en necessi-
10 dad de lañarle con vinagre, como dezian era
menester, para que en si boluiesse. Pero, con el
mouimiento, boluio Carrizales de su desmayo,
y dando vn profundo suspiro, con vna voz lamentable
y desmayada dixo:
15 "¡Desdichado de mi, y a que tristes términos
me ha traydo mi fortuna! „
No entendió bien Leonora lo que dixo su esposo,
mas como le vio despierto y que hablaua,
admirada de ver que la virtud del vnguento
20 no duraua tanto como auian significado, se
llegó a el, y poniendo su rostro con el suyo,
teniéndole estrechamente abracado, le dixo:
"¿Que teneys, señor mió, que me parece que
os estays quexando?„
25 Oyó la voz de la dulce enemiga suya el desdichado
viejo, y, abriendo los ojos desencasadamente
(*), como atónito y embelesado, los
puso en ella, y con grande ahinco, sin mouer
pestaña, la estuuo mirando vna gran piega, al
30 cabo de la qual le (2) dixo:
(1) M. omite «de».
(2) M. omite «le».