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220 NOVELAS EXEMPLARES
seguras y nos hartaremos de oyrle cantar y ta-
ñer, que en mi anima que lo haze delica[da]mente,
y anda, no te detengas mas, por que no
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se nos passe la noche en platicas.»
Algose las faldas la buena dueña (*) y con no
vista ligereza se puso en el torno, donde estaua
toda la gente de casa esperándola; y auiendoles
mostrado la llaue que traía, fue tanto el contento
de todas, que la alearon en peso como a
10 catredatico, diziendo: "iViua, viua!„, y mas
quando les dixo que no auia necessidad de
contrahazer la llaue, porque, según el vntado
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viejo dormia, bien se podian aprouechar de la
de casa todas las vezes que la quisiessen.
"Ea, pues, amiga„, dixo vna de las donzellas,
"abrase essa puerta y entre este señor, que ha
mucho que aguarda, y demonos vn verde de
música que no aya mas que ver.„
"Mas ha de auer que ver„, replicó la dueña,
20 "que le hemos de tomar juramento como la
otra noche.»
"El es tan bueno», dixo vna de las esclauas,
"que no reparará en juramentos.»
Abrió en esto la dueña la puerta, y, tenien-
25 dola entreabierta, llamó a Loaysa, que todo lo
auia estado escuchando por el agujero del tor-
no; el qual, llegándose a la puerta, quiso entrarse
de golpe, mas poniéndole la dueña la mano
en el pecho, le dixo:
30 "Sabrá vuessa merced, señor mió, que, en
Dios y en mi conciencia, todas las que estamos
dentro de las puertas desta casa somos donze-