25.03.2013 Views

2klTA7g88

2klTA7g88

2klTA7g88

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL ZELOSO ESTREMEÑO 217<br />

no se atrevía a meter la mano tan adentro, de temor no<br />

dispertase. La dueña le dixo lo del ungüento que allí<br />

traía y lo demás que Loaisa dixo que se hiciese y, dándoselo,<br />

la encargó que hiciese luego la prueba. Tomóla<br />

Isabela el vaso, y besólo como si besara alguna reliquia, 5<br />

y dixo a la dueña que no se quitase de allí hasta que<br />

volviese con las nuevas de la virtud del ungüento. Tem-<br />

blando, pasito, llegó Isabela a untar los pulsos del ze-<br />

loso marido, y blandamente le comenzó a untar, y eisi-<br />

mesrao las ventanas de las narizes, y quando a ellas lo<br />

llegaba, parece que el viejo se estremeció un poco,<br />

y ella quedó mortal, pensando que ya era cogida en el<br />

hurto.<br />

En efecto, le acabó de untar, que fué lo mesmo que<br />

haberle embalsamado para la sepultura. No teirdó mu- 15<br />

cho, quando el ungüento empezó a obrar de tal manera,<br />

que el viejo daba ronquidos que se oyeran en la calle;<br />

que a los oídos de Isabela no había música acordada<br />

que mejor le pareciese; y aun no segura de lo que<br />

veía, se llegó a él y lo estremeció un poco, y luego otro 20<br />

poco más, por ver si dispertaba, y tanto se atrevió, que<br />

le volvió de una parte a otra, sin que el pobre dormido<br />

dispertase. Como ella vio esto, se fué a la gatera y, con

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!