Gráficos 3.2 y 3.3: Evolución <strong>de</strong> la productividad laboral <strong>Transformación</strong> <strong>productiva</strong>: <strong>diversificación</strong> y <strong>agregación</strong> <strong>de</strong> valor 93 Gráfico 3.2 PIB por trabajador Gráfico 3.3 PIB por trabajador como proporción <strong>de</strong>l <strong>de</strong> EE.UU.
94 Reflexiones para retomar el crecimiento Gráfico 3.4 Resultados en lenguaje 4to grado y PTF <strong>de</strong> producción y como elemento que facilita la difusión <strong>de</strong> la tecnología. En el primero, el beneficio <strong>de</strong> un aumento en el nivel <strong>de</strong> educación es su producto marginal. En el segundo, ya que el nivel <strong>de</strong> educación afecta la tasa <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> la Productividad Total <strong>de</strong> los Factores (PTF) y la difusión <strong>de</strong> tecnología, su beneficio se medirá en términos <strong>de</strong> su impacto en los niveles <strong>de</strong> producción en el futuro 13 . En los últimos años, América Latina ha logrado mejorar algunos <strong>de</strong> sus indicadores educativos. De acuerdo con el Banco Mundial 14 y con data compilada por Barro y Lee (1997 y 2001), el porcentaje <strong>de</strong> la población sin educación se ha reducido, la matrícula escolar ha crecido y los años <strong>de</strong> escolaridad han aumentado. Entonces, ¿qué ha pasado con estas mejoras en la cobertura educativa <strong>de</strong> la región en tanto no se han traducido en un mayor crecimiento económico? Argumentamos que existen dos factores que pue<strong>de</strong>n respon<strong>de</strong>r esta pregunta. Por un lado, las mejoras experimentadas por la región han sido insuficientes si se comparan con los logros alcanzados por otras regiones y países con los cuales la región tiene que competir en los mercados internacionales. Por otro lado, la calidad <strong>de</strong> la educación ha sido relativamente baja. De hecho, para el caso <strong>de</strong> la región en particular, dicha relación positiva entre una mayor y mejor educación y la PTF se encuentra presente, como pue<strong>de</strong> verse en los Gráficos 3.4 y 3.5 15 . Sin embargo, aun resolviendo los problemas en la cobertura y calidad <strong>de</strong> la educación, se pue<strong>de</strong> observar que aunque en la región la relación entre una mayor educación y aumentos en la remuneración se mantiene, como se aprecia en el Cuadro 3.3, las tasas nacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo <strong>de</strong>sagregadas por nivel educativo muestran que no necesariamente un mayor nivel educativo implica una menor tasa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo. En particular, como se aprecia en el Cuadro 3.4 (ver pág. 96), en muchos países los trabajadores con alguna educación secundaria o este nivel completo tienen una mayor tasa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo que los trabajadores sin educación o con educación primaria 16 . Es cierto también, que los que tienen educación terciaria en promedio presentan una menor tasa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo, pero este grupo es, comparándolo con los otros grupos, más pequeño, por lo que claramente el fenómeno explicado anteriormente genera pocos 13 Benhabib y Spiegel (1994). 14 Banco Mundial (2000). 15 Dado que estos temas tienen repercusiones que impactan también en la estrategia <strong>de</strong> inclusión social, serán tratados a fondo en el Capítulo 4 <strong>de</strong> este libro. 16 Carlson (2002) apunta que este tipo <strong>de</strong> resultado no es un fenómeno aislado ni reciente. Basado sobre cifras <strong>de</strong> investigaciones <strong>de</strong> la OECD para 1996, indica que la mitad <strong>de</strong> las tasas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo <strong>de</strong>sagregadas disponibles, para un grupo <strong>de</strong> tres países latinoamericanos, suben junto con el logro educativo.