el_eje_del_mal
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El <strong>eje</strong> d<strong>el</strong> <strong>mal</strong> es heterosexual<br />
Masculinidad<br />
En <strong>el</strong> vértice superior de la pirámide de los sexos está <strong>el</strong> hombre heterosexual,<br />
masculino y poseedor de un gran pene. Este HOMBRE se erige como <strong>el</strong><br />
referente que debemos emular si queremos ser considerados hombres.<br />
Para los transexuales FtM, la masculinidad es un arma, una herramienta<br />
para reafirmar la identidad, ante los demás y ante <strong>el</strong> espejo. Ante un espejo en<br />
<strong>el</strong> que nos miramos y no nos reconocemos, porque la imagen que nos<br />
devu<strong>el</strong>ve no nos es propia. Una imagen tan ajena como si estuviésemos<br />
viendo a otra persona.<br />
Los transexuales hacemos, y vivimos, una separación entre <strong>el</strong> cuerpo y la<br />
mente, entre <strong>el</strong> coche y <strong>el</strong> conductor. Está claro que <strong>el</strong> cuerpo es una imagen que<br />
proyectamos de nosotros mismos y, que ésta es interpretada por los demás.<br />
En la etapa en la que la apariencia de un FtM no es inequívocamente la de<br />
hombre solemos adoptar una posición hipermasculina. Ya sea mediante la<br />
ropa, remarcando <strong>el</strong> género masculino de los adjetivos, forzando la voz a un<br />
tono grave, con demostraciones de fuerza o fanfarronería. Esta exageración de<br />
la masculinidad es la pluma transexual MaH.<br />
Esta es una masculinidad con la que los transexuales FtM podemos no<br />
estar de acuerdo, pero que reproducimos porque nos ayuda a r<strong>el</strong>acionarnos<br />
en <strong>el</strong> día a día. Porque tanto en la panadería o en la parada d<strong>el</strong> autobús, o en la<br />
discoteca, se nos interp<strong>el</strong>a sobre nuestra identidad de sexo, poniendo en<br />
entredicho la pertenencia al sexo masculino. Los FtM hemos de tener claro<br />
que esa hipermasculinidad es una performance. Que es un tipo de<br />
masculinidad impuesta, enmarcada en una etapa y en un contexto<br />
determinado. Debemos no asimilar esa imagen y actitud como propias. Es<br />
necesario encontrar y construir espacios liberados donde explorar y<br />
desarrollar <strong>el</strong> tipo de hombre que somos, sin olvidar que nuestro pasado<br />
social como mujeres nos enriquece como hombres.<br />
Nos obsesionamos por tener un pene. El pene es <strong>el</strong> símbolo por exc<strong>el</strong>encia<br />
de la masculinidad. Es <strong>el</strong> cetro de poder de los hombres. Y los transexuales<br />
masculinos o por hormonas o por cirugía lo tenemos. Pero nunca tendremos<br />
(la cirugía no nos lo puede conceder) un pene con las mismas características<br />
que tendría si hubiésemos nacido con él. Un FtM puede decidir no operarse<br />
pero seguir sintiendo la angustia de la ausencia d<strong>el</strong> pene. «Hay muchos chicos<br />
que dado <strong>el</strong> alto coste de las faloplastias y la cuestionable estética y<br />
funcionalidad sexual y urinaria, optan por alternativas como <strong>el</strong> realce de los<br />
genitales mediante piercings o la succión (o pumping). El pumping es una<br />
técnica de succión en vacío que sirve para aumentar <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> clítoris». 11<br />
Otra alternativa a la faloplastia, que tampoco contempla ni la medicina ni <strong>el</strong><br />
Derecho, es la utilización de prótesis. Existen gran variedad de penes, dildos<br />
o pollas de plástico (flácidos y en erección), e incluso un mercado dirigido<br />
específicamente a transexuales masculinos. La cuestión es, o colocarse<br />
11 Grup de Transsexuals Masculins de Barc<strong>el</strong>ona. Dossier médico sobre transexualidad<br />
masculina. www.geocities.com/mahftm/dossier<br />
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