el_eje_del_mal
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El <strong>eje</strong> d<strong>el</strong> <strong>mal</strong> es heterosexual<br />
construyo alianzas con aqu<strong>el</strong>las que rechazan hacerlo. Todo es una cuestión<br />
de estrategia. Cuando estoy en la barricada no quiero quemar mi sujetador.<br />
Pero tampoco quiero olvidar a aqu<strong>el</strong>las que lo hicieron y que sienten que<br />
tenían que hacerlo.<br />
Cuando me pongo mi wonderbra no es para satisfacer a ningún hombre, no<br />
es porque no me puedo resistir a la propaganda de las revistas de las mujeres<br />
hetero sobre cómo debe ser una mujer. No es una cuestión de cuánto dinero<br />
gastas en ser femme. Es sobre cuál es <strong>el</strong> significado de la feminidad. Se trata de<br />
transformar algo negativo en algo positivo. De cambiar <strong>el</strong> significado de un<br />
término. Lavar la marca de víctima, aliviarla con un tónico facial y pintar<br />
sobre <strong>el</strong>la un nuevo personaje espectacular. Combinar <strong>el</strong> wonderbra con un par<br />
de botas patea-culos de forma que puedas correr si tienes que hacerlo y<br />
caminar si <strong>el</strong> coche se te jode. Usar estrategias femeninas para realizar<br />
milagros y extender la alegría y <strong>el</strong> glamour en <strong>el</strong> gris de cada día. Ser una<br />
femme fatal que dice no gracias cuando los hombres le ofrecen una copa pero<br />
que se sonroja cuando una butch le ofrece un asiento.<br />
Llevar una falda no significa que en tu fuero interno eres hetero. Ni<br />
siquiera tiene por qué significar que seas una mujer. La falda no le pertenece<br />
a nadie. Desear a mujeres que nunca llevan faldas no significa que se quiera a<br />
un hombre. El deseo es r<strong>el</strong>acional. Tener una larga historia de intentar ser una<br />
chica y estar con chicos no significa que tengas que cuestionarte tu<br />
autenticidad como bollera. El género y la sexualidad son siempre categorías<br />
cambiantes. Pero los cuerpos en <strong>el</strong> espacio importan. Vivir en un patriarcado<br />
significa que la subordinación de la feminidad raramente resulta cuestionada<br />
de una forma sostenida. Es un hecho. Y afecta a las mujeres. A las bolleras.<br />
Todas debemos pensar sobre lo que significa la feminidad y lo que significa la<br />
subordinación. Para quiénes, dónde, cuándo y cómo. No quiero que los<br />
biólogos tengan <strong>el</strong> monopolio sobre <strong>el</strong> significado de la feminidad, o que las<br />
feministas radicales tengan la última palabra sobre la falta absoluta de poder<br />
que supone toda subordinación, tampoco quiero que ninguno de <strong>el</strong>los sean<br />
los únicos en guardar estas cosas en beneficio de su propia agenda.<br />
La política femme es una crítica explícita a los ideales de feminidad<br />
burgueses de clase media. Para una chica procedente de la clase media, como<br />
yo misma, demandar una posición femme, e invocar una feminidad<br />
descastada que tiene más en común con trabajadoras sexuales, prostitutas y<br />
mujeres de clase trabajadora que con las «mujeres propias/apropiadas» de mi<br />
comunidad de nacimiento, es un manifiesto político. Me uno a las mujeres de<br />
color y feministas de clase trabajadora y con mis hermanas femme de todos los<br />
sitios. Todas somos críticas con los persistentes valores de clase media d<strong>el</strong><br />
feminismo occidental y su error de tomar las preocupaciones de las mujeres<br />
de clase media como la experiencia universal de las mujeres. Este feminismo<br />
rebaja, ignora y cuestiona la experiencia de otras mujeres. Es hora de cambiar<br />
esta situación.<br />
Quiero luchar por una nueva revolución bollera femme-inista. Quiero<br />
cambiar <strong>el</strong> mundo y los géneros que lo habitan. ¡Únete!<br />
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