08.05.2013 Views

Descarga Buscando a Dios

Descarga Buscando a Dios

Descarga Buscando a Dios

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Buscando</strong> a dios<br />

esto, lo sacó de su ensimismamiento Doña Elvira acercándosele y diciéndole<br />

por lo bajo: «El sábado próximo necesito de vos, disponed las cosas de modo<br />

que tengáis libre toda la noche».<br />

— ¿El sábado próximo?<br />

—Sí, ¿Estaréis disponible?<br />

—Para todo, señora.<br />

Y entonces ésta le alargó la mano que el capitán besó reverentemente.<br />

Aquella era la primera vez que a Juanucho se le había hecho una tal concesión,<br />

y él, por más que sentíase humillado al verse convertido en instrumento de<br />

los caprichos de aquella matrona, consolábase ante el logro de tan inestimable<br />

prenda de deferencia.<br />

¿Por qué (se decía el capitán) sin amarla, sería capaz de dar la vuelta<br />

al mundo, si a esta mujer se le antojara? ¿Que misterios son los del corazón<br />

humano?... Si no estuviera enamorado de Valencia, diría que lo estoy de la<br />

madre. ¡Vive <strong>Dios</strong>!... Y a pesar de ello, en mi corazón medía un abismo entre<br />

una y otra... ¡oh, mi razón se extravía! ¡Bah! ¡Pero obedezcamos! Nadie se<br />

ha arrepentido de seguir los impulsos de un corazón noble.<br />

En el siguiente sábado, a la hora precisa y antes de salir de palacio,<br />

hizo llamar al Florentino, capitán como él en la corte pontificia.<br />

El florentino era un bravo, y compatriota de Boccaccio, era cruel y<br />

sangriento en sus sátiras y bromas; pero era, si no un santo, el prototipo del<br />

amigo leal.<br />

—florentino —díjole cuando éste entró en la estancia de Juanucho;<br />

— necesito un amigo<br />

—Te agradezco que me hayas llamado— contestó el florentino tomando<br />

un tono serio, propio de las circunstancias.<br />

—Sabía de antemano que no faltarías a mi deseo. Esta noche...<br />

—Por <strong>Dios</strong> —Esta noche estoy de guardia... No puedo salir de palacio…<br />

—Lo sé.<br />

— ¡Ah! ¿Lo sabes? ¡Mejor! Señal de que no se trata de nada externo<br />

a palacio. ¿Hay algo que hacer aquí?<br />

— ¡No! Pero yo he de estar fuera toda la noche y tal vez mañana…<br />

— ¡oh! ¿Y se te ocurre eso precisamente la noche que estoy de guar-<br />

175

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!